Repudio a la designación de José María Posse como Director de la Casa Histórica

En mi carácter de director de Revista Historia para Todos y editor responsable, comparto a continuación unas palabras respecto a la designación de José María Posse como Director de la Casa Histórica (Tucumán).

Para quienes no conozcan sobre Historia Argentina, la Casa Histórica es actualmente uno de los museos de mayor preponderancia dentro del espacio nacional. Con la sala de jura como único espacio original que queda de la Declaración de la Independencia en 1816, la Casa Histórica (mal llamada como «casita de Tucumán»). actualmente pasa por una encrucijada en donde más allá de referencias y comentarios ideológicos, se ataca tangencialmente la figura del historiador, como profesión de formación.

Quien fuera hasta hace dos días directora de la Casa, Cecilia Guerra Orozco, historiadora de formación y capacitada para llegar al cargo a través de concurso, fue desplazada ante la imposibilidad de pedir una prórroga al cargo que detentaba desde el año 2018. Cabe aclarar que ese impedimento se dio desde el Estado Nacional, el cual optó por nombrar al abogado José María Posse como director de tan importante espacio histórico-cultura. Una medida nacional, que acompaña a la provincial de designar a Javier Critto, abogado de profesión, como director del Archivo Histórico de la Provincia de Tucumán.

Más allá de diferencias ideológicas que se han leído en líneas de editoriales y redes sociales, poco se han detenido a pensar en la reciente figura de «abogado historiador» que Posse se enmarca. Y no, no resulta en una chanza fácil contra la carrera de abogacía y le relevancia que posee. El tema está en pensar que los historiadores, que hemos pasado por la universidad, hemos procesado una construcción sobre la disciplina que resulta ser muy distinta a la de un abogado: el historiador se prepara de una manera que resulta muy distinta a la que el «abogado historiador» refiere en lanzada por el diario El Tucumano el día 11 de abril

“Es cierto que yo no pasé por la Facultad de Filosofía y Letras, como se dice. Tan cierto como que ahí se estudia 6 meses solamente la historia de Tucumán. Yo hace 40 años que estudio nuestra historia, que tengo 11 libros publicados, 4 más a publicar, proyectos como La Ruta de Azúcar. No soy un advenedizo. (…) los abogados tenemos un plus: un ejercicio que es la capacidad de analizar un documento con estricto rigor científico, con herramientas muchas más amplias. Vemos la cuestión jurídica, la cuestión social, tenemos una visión mucho más amplia de las cosas. No me descalifica para nada ser abogado e historiador. Me da un plus”

El abogado José María Posse admite no estar preparado como historiador, pero así y todo muestra un campo de construcción del conocimiento que aparenta ser inmenso. Ahora bien, en la Facultad de Filosofía ¿no se trabaja sobre Historia de Tucumán? Cabe resaltar que hoy hablamos de una disciplina más ligada a la Historia regional, pero así inclusive muchos colegas somos los encargados de estudiar sobre la historia de la provincia bajo distintos momentos. El análisis de fuentes que plantea Posse, solamente nos muestra una visión sesgada del análisis de una fuentes histórica, muy ligada a un tiempo que atrasa a la disciplina 100 años o más. Las palabras de Posse atacan de lleno las concepciones básicas de la Escuela de Annales, sobre todo l’histoire problem («La historia problema») que lanzara Marc Bloch para criticar a la Escuela Metódica Alemana/Francesa que Posse parece suscribir.

¿Las diferencias? Son muy marcadas. Pensar una Escuela Metódica en donde solamente se estudian grandes héroes y acontecimientos, sin poner la Historia a discusión, no resulta ser Historia (así con mayúscula) sino simplemente una historia como relato, sin riquezas y sin comprensión. Trabajar críticamente sobre la Historia, implica imbuirse de un corpus de trabajo que el «designado a dedo» (como él mismo afirma en la nota) no posee: análisis crítico, interpelación, problematización resultan ser una tríada de elementos claves para pensar la Historia. Nuevamente, no es caer contra la figura del abogado, que tuvimos en la disciplina y supieron hacer Historia: desde Félix Luna con sus aportes para la divulgación, hasta Victor Tau Anzoátegui como nexo entre ambas disciplina dejando investigaciones que hasta el día de hoy son motivo de consultas.

En síntesis, estos párrafos son mi propia reflexión acerca de la designación de José María Posse, a pesar que él no lo admita, un abogado que lleva el atrasado de la Historia como bandera, y que ante la opinión pública se presenta como un «historiador». ¿Qué hacemos frente a ello los historiadores? ¿Qué hacemos frente a la serie de comentarios que muestran desdén frente a años de discusión y crítica? La Historia como problema, llevarla hacia el público y construir una forma que haga salir a la disciplina al mundo exterior.

Agustín Haro

Lic. en Historia

Un comentario en “Repudio a la designación de José María Posse como Director de la Casa Histórica”

  1. Excelente reflexión, Agustín, que nos interpela a todos los historiadores sobre nuestro papel en el métier.

    Más allá de lo ideológico, hay una cuestión metodológica y de análisis que, evidentemente, este señor Posse no realizó nunca en su «vasta producción».

    ¿Habrá leído, no ya a la Escuela de Annales sino a la más cercana Susana Bandieri y a los postulados de la historia regional?

    Esto demuestra, más que nunca, que la lucha debe darse también en el ámbito historiográfico, llevando la cuestión ideológica al límite, pues también la metodología y el análisis están impregnados de una visión desde determinados paradigmas que en este caso ( y a esta altura del siglo XXI) creíamos ya superados.

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