Efemerides: Un día como hoy nació Juan Bautista Alberdi

Un día como hoy, pero de 1810, nacía Juan Bautista Alberdi, considerado como elgran pensador del SXIX. Se eligió esta fecha para celebrar el Día del Abogado.

La conmemoración resalta la labor de los hombres y mujeres dedicados a las leyes y se celebra en homenaje a Juan Bautista Alberdi , quien fuera el autor intelectual de la Constitución Nacional de 1853.

El jurista, economista, político y estadista elaboró «Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina”, el copioso volumen en el que se fundamentó la redacción de la Carta Magna. Según los estudiosos de su obra, con ese extraordinario trabajo el autor «esclareció los problemas del país”.

Consagrado intelectual de la época, fue también autor de «El crimen de la guerra” y de «Grandes y pequeños hombres del Plata”, entre otros; e integró el Salón Literario, fundado por Marcos Sastre y animado por Esteban Echeverría («El matadero”) y Miguel Cané («Juvenilia”).

Fue parte de la «Generación del 37”, un grupo de jóvenes intelectuales universitarios argentinos durante el año 1837 que se consideraban «hijos” de la Revolución de Mayo porque habían nacido poco después de su estallido.

Luego de que el Congreso no apruebe su cargo, decidió exiliarse del país. El 19 de junio de 1884, a los 73 años, murió en Neuilly-sur-Seine, un suburbio de París.

EL INTRANSIGENTE

La fuga más descabellada y sangrienta de un campo de concentración nazi

Hablar de los campos de concentración ideados por los nazis es hablar de una época oscura y de un tiempo que solo implicaba muerte y dolor. Sin embargo, cuando se hace referencia a ellos también se recuerda a algunos reos que, en contra de todo pronóstico, protagonizaron varios intentos de fuga que tenían como objetivo escapar de aquellos lugares dirigidos por diablos con esvásticas. Uno de los más disparatados fue el que se llevó a cabo en el centro de Stalag Luft III(abreviatura de Kriegsgefangenen Lager der Luftwaffe 3), en el que lograron huir tres reos frente a las mismas narices de los soldados deAdolf Hitler tras excavar un túnel de 102 metros.

Aunque esta historia es ampliamente conocida gracias a la película «La gran evasión» (que utilizó los sucesos acaecidos en este campo como base para su guión), la fuga de Stalag Luft III ha vuelto a salir a la luz después de que la muerte de Paul Royle, uno de los militares que logró escapar con vida de aquel lugar y que, en los días siguientes, fue capturado de nuevo por los alemanes. Desgraciadamente, el que fuera en su día un teniente de las fuerzas aéreas aliadas dejó el pasado jueves este mundo tras sufrir varias complicaciones después de ser sometido a una operación de cadera. No obstante, ha fallecido sabiendo que, a sus 101 años, fue uno de los pocos que logró poner en jaque alTercer Reich.

Un campo para aviadores

Para hallar el origen del Stalag Luft III es necesario viajar hasta la ciudad de Zagan (ubicada en la actualidad al suroeste de Polonia). Y es que, fue en esa región ubicada a menos de 200 kilómetros de Berlín donde la Luftwaffe (la fuerza aérea germana) instauró en mayo de 1942 un campo de concentración en el que recluir a los aviadores británicos y estadounidenses capturados Este lugar fue llamado Kriegsgefangenen Lager der Luftwaffe 3 y formaba parte de un total de seis complejos similares, varios de ellos ideados para albergar a los reos de una nacionalidad determinada.

Lo cierto es que para la ciudad no fue una sorpresa que los nazis levantaran aquel campo de concentración en la zona, pues ya habían visto pasar decenas de ejércitos por la zona. Así lo atestigua el memorial dedicado a estos campos (el «Muzeum obozów jenieckich żagań»), donde se señala que, ya en el año 1813, en la zona murieron decenas de soldados deNapoleón Bonaparte. Lo mismo sucedió en laPrimera Guerra Mundial, donde la zona vivó una de las épocas más negras de su historia.

Con todo, hubo que esperar hasta 1942 para que se edificara en esta ciudad uno de los campos de concentración más «seguros» de la contienda. Y es que, escarmentados como estaban los nazis de que los presos trataran de escapar de sus centros de reclusión, decidieron idear un lugar del que fuera imposible huir. Para ello tomaron varias medidas entre las que destacaron elevar los barracones varios centímetros por encima de la tierra (lo que impedía que se construyeran túneles sin que ellos se percatasen) e instalar varios micrófonos sismográficos en los alrededores para evitar que se excavase sin su consentimiento. Por descontado, los guardias vigilarían como águilas a los reos para no tener disgustos innecesarios.

El plan para huir

No obstante, con lo que los alemanes no contaban era con el ingenio de unos presos deseosos de ser libres. A su vez, tampoco tuvieron en cuenta que habían introducido en aquella cárcel a un maestro de las fugas, el soldado británico Roger Bushell, quien contaba con un extenso currículum en lo que a salir por piernas de una prisión se refiere. Este militar, así como otros tantos, formaron un «comité de huidas» (algo muy británico) y pusieron sus cabezas a barruntar un plan que les permitiese escapar de Stalag Luft III. La bombilla se les encendió en 1943, cuando «Big X» (nombre en clave de este militar) decidió que lo mejor sería excavar tres túneles (llamados «Tom», «Dick» y «Harry») a través de los que escaparían 250 de los reos.

Tras seleccionar cuidadosamente los lugares en los que serían emplazados los túneles para no que no fueran descubiertos, comenzó la «obra». «El primero de estos túneles saldría de la chimenea; el segundo, de debajo de los lavabos; y el tercero, de debajo de la base de una estufa. […] Había que aprovechar las únicas construcciones de ladrillo que llegaban hasta el suelo para usarlas como entradas para los túneles», explica el historiador, escritor y periodistaJesús Hernández en su obra «Las 100 mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial». Una vez tomada la decisión, se determinó que los corredores estarían ubicados 10 metros bajo el suelo para evitar las molestas vibraciones de los vehículos alemanes, las cuales podrían hacer que se viniesen abajo.

La construcción empezó de forma sencilla, pero pronto se empezaron a acumular los problemas. El primero de ellos fue la posibilidad de que los túneles se derrumbaran. Para solucionarlo, los presos apuntalaron las paredes con maderas de sus camastros, tablones de los barracones (que no fueran muy visibles) y hasta regaderas. El segundo sobrevino cuando los reos se percataron de que las galerías carecían de ventilación. En este caso su ingenio fue todavía mayor, pues idearon una serie de sistemas de respiración basado en latas viejas y pequeños recovecos de respiración en los propios corredores.

No obstante, todavía les quedaba por superar la mayor de las dificultades. «Repentinamente surgió otro problema. ¿Qué hacer con la tierra extraída? Al principio, se fue almacenando bajo el tejado, pero llegó un momento en el que temieron que pudiera hundirse, así que había que buscar una solución definitiva. […] Los prisioneros idearon unas bolsas de tela disimuladas a lo largo del pantalón, las llenaban de tierra y, una vez fuera del barracón, las abrían dejándolas caer sobre los zapatos», añade Hernández. La tarea fue árdua, pero un perfecto trabajo de coordinación entre más de 250 personas hizo que el plan saliera a la perfección.

Una masacre que supo a victoria

En esas andaban los presos (excavando a toda la velocidad que podían) mientras los nazis, que tontos no eran, buscaban y buscaban el túnel que sospechaban que había en el campo, pero que no lograban hallar. Al final, la suerte quiso que se toparan con uno de los corredores («Tom») casi por casualidad. Por suerte, no se imaginaban que había otros dos. Los prisioneros, por su parte, decidieron apostar todo a una carta y empezaron a trabajar únicamente en «Harry», dejando a «Dick» como un almacén de tierra. Después de meses de trabajo, el «comité de fugas» dio por finalizado el túnel enmarzo de 1944. El resultado era increíble: un corredor de 102 metros de largo que incluía carretas elaboradas con material robado del campo, luz eléctrica y varios respiraderos. Digno, sin duda, delChapo Guzmán.

La fuga se llevó a cabo el 24 de marzo a las diez y media de la noche. Aquel día, los primeros afortunados se introdujeron en el túnel con esperanzas de hallar su libertad al otro lado. Tan solo debían excavar hacia arriba en el extremo de la galería para encontrar la salida del campo y huir hacia un bosque cercano. Todo parecía ir sobre ruedas cuando, al abrir la tierra, los prisioneros vieron que se habían quedado cortos al elaborar el corredor, pues todavía faltaban unos metros para llegar al abrigo de los árboles. Desde allí eran presa fácil, pero ya no podían volver atrás.

Para saber más: Las tres fugas de una prisión más increíbles de la historia

Así pues, durante horas los reos se arrastraron por el corredor rezando para que los guardias no se percataran de la ingente cantidad de gente que se estaba marchando frente a sus narices. Así hasta las cinco de la mañana, momento en que sonaron las alarmas y los germanos pusieron el campo de concentración patas arriba hasta hallar el corredor. El pánico cundió entonces entre los reclusos, que reaccionaron de difeerntes formas. Los que ya estaban fuera corrieron al bosque. Otros trataron de introducirse sin éxito en el corredor y, finalmente, algunos regresaron al centro por miedo a las represalias.

«De los prisioneros que habían logrado llegar al bosque, 11 se entregaron de inmediato. Los responsables del campo se quedaron estupefactos cuando vieron que faltaban 76 internos», completa el experto español. A la mañana siguiente, cuando los oficiales germanos se enteraron de lo sucedido, se montaron partidas de búsqueda. Así lograron capturar a 73, de los cuales fusilaron a 50. Tan solo lograron escapar tres: Per Bergland, Jens Müller (ambos noruegos) y Bram van der Stok (holandés). Sin embargo, la Historia les recuerda hoy por su hazaña.

Royle, el triste protagonista de este agosto de 2015, logró escapar con aquel grupo de 76 personas, pero fue capturado posteriormente y trasladado de nuevo a Stalag Luft III. La suerte quiso, sin embargo, queno fuese fusilado, por lo que pudo conocer al escritor Paul Brickhill, autor del libro que sirvió como guión para «La Gran Evasión». En los siguientes cinco años, el piloto fue considerado prisionero de guerra, condición que mantuvo hasta que fue liberado y pudo regresar a Australia. Era el penúltimo superviviente de este sangriento intento de fuga.

ABC.ES

RECORDATORIO: El 30 de septiembre cierra la segunda convocatoria

Hombre leyendo a la luz de la lampara de Jeffrey Hein

Recuerden que el 30 de septiembre cerrará la segunda convocatoria para la revista, recepcionamos  artículos de historia general, historia de Tucumán, reseñas críticas y transcripción de documentos.

Los mismos deben seguir las siguientes normativas: CLICK AQUÍ

Los artículos recepcionados pasan por una evaluación de normas y luego por la evaluación de contenidos de miembros del comité. Las reseñas y la transcripción de documentos son analizadas por el directorio.

¡Esperamos sus aportes!

Que tengan un buen fin de semana

El Tucuman antiguo en el presente: demolerían la Casa Sucar

Ni los yuyos ni el descuido le quitan el esplendor a la casa construida en 1923. Foto La Gaceta

Como si se tratara del último manotazo de un ahogado, la Municipalidad de la capital remitirá a la Comisión de Patrimonio de la Provincia el pedido de demolición de la Casa Sucar, una pieza singular del modernismo en nuestra ciudad. La solicitud de demolición fue realizada por el Grupo Lucci, propietaria del inmueble ubicado en el bulevar Salta 532. “En realidad, solamente podemos pedir información para estar seguros de si hubo o no algún tipo de avance en el último tiempo, pero lo concreto es que la Comisión se expidió en octubre de 2012 y decidió no hacer lugar al pedido de incluir la casa en el listado de bienes protegidos por la Ley de Patrimonio. Mucho más no se puede hacer”, lamentó Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana.

La única “protección” (valen las comillas) con la que cuenta la casona construida en 1923 es la de integrar el Inventario de bienes de interés municipal, lo que en este caso puntual reviste una categoría meramente declarativa, ya que sus propietarios no solicitaron que el inmueble sea acogido en el régimen de preservación propuesto por la Ordenanza Nº 1773/91 y su decreto reglamentario. Ese sistema prevé una serie de beneficios para el dueño de un bien de interés municipal, a cambio de su conservación, entre otras obligaciones. Sin embargo, la decisión siempre es del propietario.

Consultado por LA GACETA, un representante del Grupo Lucci confirmó el pedido realizado ante Catastro municipal. “Hemos solicitado autorización para demoler la casa, como cualquier ciudadano que ejerce su derecho sobre un bien que le corresponde. Se cumplieron todos los pasos administrativos y Patrimonio decidió no incorporarla al listado de bienes protegidos y tampoco desde el Gobierno provincial se mostró interés en expropiar, entonces tenemos derecho a disponer del bien”, explicó el representante, quien solicitó mantener su nombre en reserva. “No es nuestra intención polemizar. Simplemente ejercemos nuestro derecho”, concluyó.

La última chance

Agotadas todas las instancias administrativas iniciadas en enero de 2012 con varios pedidos de incluir la casa donde funcionó la Fundación Vicente Lucci a los bienes protegidos por la Ley de Patrimonio, la única posibilidad de que la ciudad no pierda esa joya modernista que integra un conjunto constructivo de reconocido valor cultural es que la Provincia lo someta a expropiación. La Dirección de Patrimonio hizo un pedido en ese sentido el año pasado, pero no ha obtenido respuesta. “La semana pasada volvimos a insistir mediante nota para saber si había alguna novedad respecto del pedido de expropiación, pero no hubo respuesta. Seguiremos insistiendo…”, anticipó Mercedes Aguirre, directora de esa cartera que depende del Ente Cultural.

El representante de la compañía a quien pertenece la casona prefirió no dar detalles sobre el posible uso de la parcela si se concreta la demolición, pero todo indica que estaría destinada a la construcción de un edificio en altura o un complejo de torres. En estos momentos, la casa se encuentra en estado de abandono, con pastos altos y basura acumulada.

Como un balde de agua fría n La noticia del nuevo pedido de demolición de la Casa Sucar cayó como un baldazo de agua fría entre quienes impulsaron su defensa en 2012. “Es increíble que ningún inversor tucumano reconozca la potencialidad de esa casa, donde se podrían hacer otras propuestas redituables, no solo un edificio de departamentos”, opinó la joven arquitecta Paula Iparraguirre.
Foto La Gaceta

La Casa Sucar tiembla por un nuevo pedido de demolición

La Dirección de Catastro elevó la solicitud a Planificación Urbana, ya que integra el inventario de Bienes de Interés Municipal. Una historia que comenzó en 2012 y que movilizó a la ciudadanía.

Un nuevo pedido de demolición pesa sobre la Casa Sucar, la señorial casona ubicada en el bulevar Salta 532. La solicitud ingresó a la Dirección de Catastro de la Municipalidad, pero la Comisión de Patrimonio insistirá en que sea expropiada debido a su reconocido valor patrimonial y cultural para la ciudad. En estos momentos, el trámite aguarda en el despacho de Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana, quien ya anticipó que lo elevará a Patrimonio.

El expediente que solicita su demolición fue iniciado por una empresa privada, propietaria del inmueble. Con esto, se retoma la polémica que se había encendido en enero de 2012 con un pedido similar y que provocó un férreo repudio ciudadano en defensa de esa emblemática casa que integra el Inventario de bienes de interés municipal. Justamente por esa condición Catastro no puede autorizar la demolición sin previa consulta. “Catastro no puede autorizar la demolición si no interviene previamente Planificación Urbana, porque se trata de un edificio de valor patrimonial”, explicó Isabel Salas, directora de Planificación Urbanística Ambiental (dependiente de Planificación Urbana).

Lobo Chaklián, por su parte, aseguró que remitirá el pedido a la Dirección de Patrimonio para que analice la situación de la casona. “Si bien se trata de una propiedad privada y, por lo tanto, no es mucho lo que nosotros podamos hacer, reconocemos que se trata de un bien que ha generado mucha sensibilidad pública, entonces vamos a buscar la opinión de la Comisión de Patrimonio”, informó el subdirector, aunque no pudo dar precisiones sobre el expediente porque aún no lo había analizado en detalle.

“A nosotros todavía no nos han llegado las actuaciones, pero sabemos que existe el pedido de demolición y que nos lo van a remitir. Cuando eso suceda, lo vamos a elevar a la Comisión de Patrimonio para su inmediato tratamiento”, adelantó Mercedes Aguirre, directora de Patrimonio de la Provincia. “Vamos a insistir con el pedido de expropiación, una medida que debe tomar la Legislatura y que ya hicimos oportunamente, pero aún no hemos tenido respuesta”, informó la funcionaria.

Defensa popular

La alarma por la posible demolición de la casona que ocupaba la Fundación Vicente Lucci se encendió por primera vez en enero de 2012, cuando se corrió la voz de la presunta venta del inmueble ubicado en Salta al 500. A partir de ese momento, un grupo de ciudadanos comenzó a movilizarse para impedir que la histórica casa cayera bajo la piqueta. Incluso, por esos días llegó a constituirse una informal “guardia ciudadana” en las puertas de esa singular construcción. También se organizaron marchas y acciones artísticas convocadas a través de las redes sociales.

De aquellas manifestaciones participaron, además de ciudadanos “comunes”, profesionales defensores del patriomonio arquitectónico de la ciudad. La arquitectaDaniela Moreno, en ese entonces directora del Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, había advertido en esa oportunidad que no estaba en juego sólo la casa Sucar en particular, sino la calidad ambiental de la zona. “La casa integra un conjunto y, si se la demuele, se pierde el todo. Además está restaurada y rehabilitada hace poco, así que está en muy buen estado de conservación, cumpliendo una función cultural (por la labor de la Fundación Vicente Lucci) lo cual era un avance, y ahora se daría un retroceso”, había expresado. “Tucumán ha ido perdiendo tanto la vivienda popular como las viviendas de mayor valor en el patrimonio arquitectónico. Lo grave es que no se han ido reemplazando por arquitectura significativa, analizó en aquel momentoSilvia Rossi, también arquitecta especializada en patrimonio.

Declaración preventiva

El reclamo popular apuró reuniones de la Comisión de Patrimonio, algunos de cuyos miembros se encontraban de vacaciones y debieron suspenderlas. Tras el debate, el cuerpo dictaminó que la casa fuese declarada preventivamente como bien de valor patrimonial, impidiendo cualquier modificación u operación comercial sin el consetimiento expreso de la Comisión.

Pero en octubre de 2012, cumplidos los plazos administrativos, la declaración preventiva quedó sin efecto y la Comisión, por cuatro votos positivos contra tres negativos, dio via libre para que sus propietarios dispusieran del bien.

Finalmente, en marzo de 2014 el Ente Cultural de Tucumán elevó las actuaciones a la Legislatura para solicitar la expropiación de la Casa Sucar, trámite que hasta al momento no obtuvo respuesta.

Un informe redactado por Ana Lía Chiarello, magíster arquitecta, destaca la casa Sucar como un singular ejemplo del movimiento modernista. Según consta en ese trabajo, la casona fue construida en 1923 por la familia Barbieri, y se la conoce por el nombre de la última familia que la habitó, los Sucar. Intervinieron en el diseño el arquitecto Luis Lucena y los artesanos italianos Perinotti y Colotti. “Tiene innegables valores arquitectónicos y se destaca por su alta calidad de resolución”, destaca el informe.

Punto de vista
Estilo, arte y testimonio
Ana Lía Chiarello – Dir. Inst. de Historia y Patrimonio (FAU-UNT)

¿Qué perdemos los tucumanos si perdemos la Casa Sucar? Obra del arquitecto Luis Lucena, en ella convergen valores que le otorgan particular importancia para la memoria colectiva de nuestra ciudad. Por una parte, es testimonio -junto con otras importantes residencias que aún se conservan- de los modos de vida de la burguesía inmigratoria tucumana de principios de siglo XX. Este chalet pintoresquista refleja una transición entre las costumbres formales y rigurosas propias del siglo XIX y una vivienda más informal y en contacto con la naturaleza que anticipa modos de habitar más intimistas y descontracturados, propios de la modernidad.

El edificio tiene innegables valores arquitectónicos al representar el estilo modernista, corriente de la que quedan pocos ejemplares en Tucumán, lo que otorga un valor de singularidad. Además, se destaca por una alta calidad de resolución: pueden también asignársele valores artísticos, producto de la participación de destacados escultores italianos en su ejecución, que resolvieron con gran maestría muchos de los estilemas formales propios de la corriente modernista.

Cambios en la ley 7.535
La Casa Sucar mostró una importante falla en la ley de patrimonio, que fue modificada

El caso de la Casa Sucar develó una profunda falla en la Ley Nº 7.535, bautizada como “Ley de Patrimonio”, e impulsó su modificación. El texto original estipulaba que si un bien de dominio privado (como en este caso) era declarado parte del Patrimonio Cultural de la Provincia, sería declarada también su utilidad pública y sujeción a expropiación. Ambas medidas exceden las facultades de la Comisión de Patrimonio, lo que convertía la cláusula en inconstitucional. A partir de la modificación, la Comisión solicita esas medidas a la Legislatura, adjuntando el informe que justifica el pedido.

Difusion de Jornadas: Juan B. Justo y el socialismo argentino A 150 años de su nacimiento

La Fundación Juan B. Justo y la Red de Estudios del Socialismo Argentino (RESA), invitan a la jornada:

Juan B. Justo y el socialismo argentino

A 150 años de su nacimiento

Sábado 12 de septiembre de 2015

Biblioteca obrera “Juan B. Justo”

Avenida La Plata 85 CABA

9 h 30: Apertura

10 h: Juan B. Justo como pensador

Dora Barrancos: “Juan B. Justo frente al racismo”

Facundo Bianchini: “Justo y Marx”

Patricio Geli: “Juan B. Justo, un perfil de intelectual socialista”

Carolina Carman: “Juan B. Justo: una mirada materialista sobre la Revolución de Mayo”

Coordinación: Carlos M. Herrera

12 h: Discusión

14 h: Juan B. Justo y la organización del PS

Lucas Poy: “El lugar de Juan B. Justo en la dirección del Partido Socialista, desde la fundación hasta el Centenario”

Carlos M. Herrera: “El liderazgo político justista. Para una radiografía”

Daniel Campione: “La polémica Justo – Ferri”

Cristina Tortti: “Juan B. Justo en la década de 1960: las polémicas socialistas”

Ricardo Martínez Mazzola: “El regreso de Juan B. Justo. Lecturas de la historia del Partido Socialista en el fin del siglo XX”

Coordinación: Nicolás Iñigo Carrera

16 h 30: Discusión

17 h: Juan B. Justo y las prácticas culturales y sociales

Juan Buonomme: “La labor periodística de Juan B. Justo”

Renée Dunowicz: “Juan B. Justo y la vivienda cooperativa”

Leticia Prislei: “Juan B. Justo, el partido y el arte”

Osvaldo Graciano: “Juan B. Justo y la estrategia cultural socialista”

Coordinación: Ricardo Martínez Mazzola

19 h: Discusión

Organizan

Fundación Juan B. Justo

Red de estudios sobre el socialismo argentino – RESA

Canibalismo en la expedicion perdida de John Franklin

En 1845, el Reino Unido envió una expedición naval para cartografiar y explorar el último tramo del Paso del Noroeste en el Ártico canadiense. Partió de Inglaterra y la dirigia Sir John Franklin, un oficial de la Armada Real y un experimentado explorador que ya había participado anteriormente en tres expediciones árticas, las dos últimas como comandante en jefe. Su cuarta y última expedición comenzó cuando ya tenía 59 años. Pero la misión terminó en tragedia. Franklin y los 128 hombres murieron al quedar sus barcos atrapados en el hielo en el estrecho Victoria, cerca de la Isla del Rey Guillermo, en el ártico canadiense.

Como no hubo sobrevivientes, arqueólogos e historiadores se han basado en la evidencia arqueológica y el testimonio de la poblaiónInuit, con el fin de determinar lo que ocurrió durante la agonía final de la expedición.

El testimonio de los Inuit del siglo XIX provisto de John Rae, un cartógrafo, Charles Hall y Frederick Schwatka, aventureros norteamericanos, describió el hambre y el canibalismo entre los sobrevivientes de la malograda expedición. Estas afirmaciones eran muy controvertidas hasta el momento. Muchos pensaron que los actos de canibalismo fueron una necesidad trágica para la supervivencia, pero otros consideraron que era algo no probado y que el testimonio no era fiable.

Los estudios arqueológicos de los restos óseos que se encontraron en los sitios de la expedición desde los años 80 y 90, prestaron apoyo al testimonio Inuit de canibalismo. Estos estudios identificaron marcas de corte en 92 de los 304 huesos recuperados del islote en Erebus Bay que se creen que están asociadas con la eliminación de carne y desmembramiento. Más recientemente, 4 de los 79 huesos recuperados del Erebus Bay en 2013 también mostraron evidencias de corte.

Un estudio reciente de 2015 volvió a evaluar el material esquelético destand Point y Erebus Bay recuperado en 1981 y 1982. Evaluaron la evidencia de marcas de cuchillo, además de estudiar las fracturas post mortem. La evidencia de marcas de corte o la quema puede relacionarse con el canibalismo, en general, mientras que las fracturas post mortem proporcionan evidencia para la extracción de la grasa de la médula.

La nueva evaluación se completó a través del microscopio y del barrido electrónico. Los investigadores de este último estudio informaron que los huesos muestran evidencias de haber sido quemados. Además, un fémur mostraba clara marcas de corte de cuchillo en la cara posterior, la más larga de las cuales era de 13 mm. El estudio viene a apoyar el testimonio de los informantes inuit del siglo XIX y pinta un cuadro sangriento y trágico de los últimos días de los sobrevivientes de la expedición.

ABC.ES

Recordatorio y novedades para la seccion HISTORIA DE TUCUMAN

Les recordamos que esta abierta la convocatoria para la recepción de artículos, reseñas críticas y transcripción de documentos para el nº2 de la revista. Aquí la información acerca de la convocatoria completa: https://revistahistoriaparatodos.wordpress.com/2015/08/03/call-for-papers-apertura-de-convocatoria-para-la-recepcion-de-articulos-resenas-y-transcripcion-de-documentos-para-el-no2-de-la-revista/ Pero queríamos comentarles
un anexo que decidimos implementar ahora para la sección de historia de Tucumán. Logo revista historia para todos f-08

Anexo – Sección de Historia de Tucuman – Pequeños avances sobre Tucuman

Para fomentar las investigaciones acerca de historia de (o del) Tucumán por parte de estudiantes y aquellos que se animen a enviar sus aportes, hemos decidido abrir un apartado dentro de la sección Historia de Tucumán llamado «Pequeños avances». Estos trabajos que deben llegar a 7 páginas de máximo, contando introducción (presentando el tema, los objetivos e hipotesis que se tienen con el trabajo), conclusión y bibliografía, siguiendo las normas editoriales para todas las secciones (incluyendo resumen y palabras clave). Los mismos serán analizados por el directorio en lo que refiere a las normas editoriales y serán evaluados de igual forma que a todos los artículos.

Esta decisión implica buscar consolidar un lugar en nuestra revista que creemos debe ser de importancia: la historia de nuestra provincia.

A pesar de esto, aquellos que deseen enviar artículos con la extensión de las normas (10 a 15 páginas sin contar introducción ni cocnlusión), serán recibidos y evaluados de igual forma. La idea de los próximos números es equiparar la seccion general y la de Tucumán, por lo que los invitamos a participar de esta última.

Los terroristas de EI (Estado Islámico) decapitan al arqueólogo Dr. Khalid al-Asaad en Palmira

El antiguo y octogenario arqueólogo Dr. Khalid al-Asaad había dedicado su vida al estudio y preservación de las ruinas de Palmira, trabajando para el Museo de Historia desde 1963. Durante la guerra optó por no definirse políticamente, mostrando neutralidad y abogando por la paz. Su devoción por su trabajo hizo que no abandonara ni su puesto como arqueólogo ni la ciudad que amaba. Foto por gentileza de Students of Faculty of Archaeology & Museums at University of D…

Fuentes: Al-Masdar Al-‘Arabi (The Arab Source), 19 de agosto de 2015

Los últimos meses de su vida los pasó en prisión, acusado por el EI de «atender conferencias de los infieles», «idolatría», «visitar Iran», «tener un hermano en los servicios de seguridad sirios», y «mantenerse en contacto con el gobierno sirio».

Una Corte de la Sharía del Estado Islámico lo encontró culpable de traición y sentenció a ser degollado. Sin aviso previo a sus familiares, el Doctor Khalid al-Asaad fue públicamente ejecutado. Su cuerpo colgado cabeza abajo como un animal en el matadero.

Y mientras tanto el eje Turquía-Arabia-Catar y sus aliados árabes y occidentales siguen apoyando, armando, y financiando la revolución islamista-wahabista en Siria, de la que ISIS es solo su cara más mediática.

Al ISIS, no se le combate, se le gestiona a base de palos y zanahorias, mostrándole el camino a Damasco pasando por Palmira. Ciudad esta última que asaltaron a los ‘Mad Max’ con convoys de toyotas que atravesaban el desierto con la única oposición de la menguada aviación siria. La autodenominada Coalición Internacional «anti-ISIS» dejó hacer, instrumentalizando una vez más el poder de ISIS para asestarle un golpe al gobierno sirio y los sirios, que ven su pasado, presente y futuro destruido en aras de los intereses geoestratégicos de los ricachones del Golfo, occidente y los neo-otomanos turcos.

Nadie puede afirmar que en Siria «el mundo mira hacia otro lado» o que «no se interviene». Se hace y de forma concienzuda, para destruir el país y sus gentes en nombre de, hay que joderse, el «humanitarismo, los DDHH y la Democracia».

Al Asaad era el jefe de antiguedades de Palmira y había pasado más de 40 años trabajando en el sitio, hasta que se retiró en 2003, según informa la agencia estatal de noticias de Siria SANA.

Tras su retiro trabajaba como experto en el Departamento de Antiguedades y Museos de Siria.

«Era uno de los más importantes pioneros en la arqueología siria» dijo Abdulkarim. Y agregó que EI había tratado de extraer información del arqueólogo sobre la ubicación de los tesoros del sitio, los cuales fueron escondidos para salvarlos de la destrucción de EI.

Al Assad escribió varios libros y textos científicos, tanto como autor individual como en cooperación con otros expertos en arqueología.

Entre sus obras están «Las Escrituras de Palmira» y «Zenobia, la Reina de Palmira y el Oriente».

También descubrió varios cementerios y cuevas antiguas, entre ellos un cementerio bizantino en el jardin del Museo de Palmira, indicó SANA.

El martes Abdulkarim indicó que la familia del experto le había dicho que Asaad había sido asesinado y que su cuerpo colgaba de una columna en la principal plaza de Palmira.

«Cómo imaginar que un erudito de ese nivel que dio servicios tan importantes al lugar y a la historia pudo ser decapitado», agregó el director del Departamento de Antiguedades y Museos.

«La continua presencia de estos criminales en esta ciudad es una maldición y un mal presagio (para Palmira) y cada columna y cada pieza arqueológica en ésta», dijo.

Fuente: BBC Mundo, 19 de agosto de 2015

Efemerides: 165º aniversario del fallecimiento de Jose de San Martín

«La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, ni le da armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene. La tropa debe ser tanto más virtuosa y honesta, cuanto es creada para conservar el orden, afianzar el poder de las leyes y dar fuerza al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los malvados que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares. La Patria no es abrigadora de crímenes.» (General José de San Martín, fallecido el 17 de Agosto de 1850)

Furor por San Martín: el sable corvo disparó las visitas al museo

En el 165° aniversario de la muerte del prócer.Unas 22.500 personas pasaron a conocer el arma del Libertador desde que se mudó de Palermo a San Telmo.

Si pudiera trazarse un ranking de los próceres argentinos más populares, seguramente José de San Martín lo encabezaría por amplia ventaja. Basta con reparar en el fenómeno desatado en el Museo Histórico Nacional tras la llegada de su sable corvo: la cantidad de visitas mensuales se quintuplicó desde el 24 de mayo, cuando los granaderos escoltaron el traslado del sable desde el Regimiento de Granaderos a Caballo de Palermo hasta el Museo, donde lo recibió la presidenta Cristina Kirchner.

Desde ese día, más de 22.500 personas pasaron por el Museo, ubicado en Defensa 1600, en San Telmo: un promedio de 11.000 visitas mensuales, contra las 2.000 que solía recibir. El sable corvo es la estrella de la muestra permanente, titulada “San Martín de puño y letra”, que incluye también la recreación de la habitación del prócer en Boulogne sur Mer, Francia –donde murió el 17 de agosto de 1850, hace 165 años–; así como objetos personales y pinturas que retratan sus principales hazañas.

Además se pueden ver varios retratos del Libertador –incluyendo el único daguerrotipo original, de 1848, que inmortalizó a un San Martín anciano y canoso– y fragmentos ampliados de sus cartas. Estos elementos funcionan como prólogo para el gran atractivo del Museo: la sala –similar a una capilla, con un vitral en el techo– donde se exhibe el sable corvo, encerrado en una vitrina iluminada y custodiado por los granaderos. Lo rodean las armas de otros héroes del panteón nacional: Manuel Belgrano, Manuel Dorrego, Juan Manuel de Rosas y Guillermo Brown.

La historia del sable corvo es conocida: San Martín lo compró en Londres, lo empuñó en las guerras de Independencia y, antes de morir, lo legó a Juan Manuel de Rosas en homenaje a su defensa del honor de la República “contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”. Ya en el siglo XX, la espada fue robada dos veces del Museo Histórico por la Juventud Peronista, que con ese gesto buscó unir, en una misma línea histórica, a San Martín, Rosas y Perón. En 1967 el dictador Juan Carlos Onganía decidió trasladarlo al Regimiento de Granaderos a Caballo, donde permaneció hasta este año.

El recorrido de la muestra se completa con la sección “San Martín interactivo”, una instalación que le permite al público entablar un diálogo virtual con el prócer, y con un rincón para chicos donde se proyectan capítulos de Zamba, la tira animada del canal Paka Paka.

Los textos seleccionados en la exhibición perfilan a un San Martín comprometido con la causa americana y obstinado en mantenerse al margen de las luchas internas en el país. Así lo expresa su carta al general peruano Ramón Castilla, reproducida en varias salas: “En el período de diez años de mi carrera pública, en diferentes mandos y estados, la política que me propuse seguir fue invariable en dos solos puntos: (…) no mezclarme en los partidos que alternativamente dominaron en aquella época en Buenos Aires. (…) El segundo punto fue el de mirar a todos los Estados americanos en que las fuerzas de mi mando penetraron, como Estados hermanos interesados todos en un santo y mismo fin”.

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El año pasado, la casa de subasta Christie’s, en su sede de Londres, vendió la estatua de Sekhemka, una de las más bellas del Imperio Antiguo descubierta fuera de Egipto, por 22 millones de euros sentando así un peligroso precedente. El propietario del tesoro, el ayuntamiento de Northampton (Inglaterra), alegó para justificar la decisión que vendía la estatua para afrontar la renovación del museo de la ciudad Northampton, en cuyos fondos se incluye la colección nacional del calzado.

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Entonces, ¿está todo en orden? Nosotros creemos que para nada en absoluto. En un principio el ayuntamiento de Northampton, cuando valoró la posibilidad de la venta de Sekhemka valoró la estatua en 2 millones de euros. En aquel momento declaró que la venta se hacía para poder afrontar el pago de los sueldos del personal del museo de la ciudad. Después dijo que necesitaban renovar tres zonas del museo, para declarar finalmente…

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La Historia a un click: digitalizan documentos del Congreso

Ya se puede consultar en Internet casi 130.000 expedientes, de 1862 a 1955. Hay un pedido para cobrar lo consumido por el Ejército en 1859 o una presentación por el voto femenino, entre muchas otras cosas.

POR JULIETA ROFFO

REVISTA Ñ

Cuando empezó a funcionar, en 1854, la Cámara de Diputados sesionaba en Paraná. Llevaba registro de su trabajo –era mediados del siglo XIX- a mano, con prolija caligrafía a pluma. Los funcionarios se reunieron en sesiones preparatorias antes de que el 22 de octubre de ese año Justo José de Urquiza, que presidía el país, abriera las sesiones ordinarias, un ritual que en nuestros tiempos se cumple cada 1° de marzo. Discutían cómo iban a organizarse, qué comisiones harían falta, sorteaban quiénes serían los primeros en retirarse, tras dos años, para que se renovara la Cámara.

Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras el nazismo cometía crímenes de lesa humanidad y, a la vez, ganaba simpatías entre extremistas de todo el mundo, en Diputados sesionaba la Comisión Especial Investigadora de Actividades Anti-Argentinas. Funcionó entre 1941 y 1943, y se dedicó a revisar la incidencia de la ideología nacional-socialista en publicaciones, reuniones y hasta funcionarios públicos: por allí pasó, por ejemplo, una especie de censo que realizó la numerosa comunidad alemana de Misiones, localidad por localidad, para pedir formalmente que no se los considerara a todos seguidores de Adolf Hitler, argumentando que ese sector no alcanzaba el 10 por ciento del total del grupo. Pasaron también denuncias que daban cuenta de las escuelas que reproducían propagandas nazis, y traducciones de revistas que alentaban el antisemitismo. Ese material es parte de los casi 130.000 expedientes que ya están disponibles online enel sitio web de la Dirección de Archivo, Publicaciones y Museos de la Cámara de Diputados.

El Programa de Digitalización de la Documentación Histórica de la Cámara empezó en 2012 con el relevamiento de su archivo físico: según Matías Peña Onganía, a cargo de la Dirección de Archivo, se estimó la existencia de unos 6 millones de documentos.

Se trata, entre otras cosas, de una nueva fuente de consulta para los historiadores –y para los curiosos-. Al momento, se digitalizó todo el material producido entre 1862 y 1955: puede encontrarse, por ejemplo, el proyecto que pide que se declare feriado nacional el día de la muerte de José de San Martín, o la petición de un estanciero santafecino, que en 1869 solicitó una recomposición por la hacienda que había consumido un ejército durante la batalla de Cepeda, diez años antes. Pueden verse los libros de sesión –que en el archivo físico de la Cámara hay que tocar con guantes de tela- de toda la segunda mitad del siglo XIX, y consultar algunas sesiones secretas, que muchas veces trataron la compra de armamento en medio de algún conflicto limítrofe. Puede consultarse un tema específico, y entonces saber que ya en 1940 una agrupación feminista hizo una presentación ante Diputados para exigir el derecho a sufragar. O puede seguirse el trabajo de algún legislador, consultando su apellido y viendo su participación: “Es una forma de poder evaluar la labor legislativa de los Diputados, va a poder verse quiénes trabajaron más, quiénes trabajaron menos. En qué temas se interesaron. Y, a lo largo de la Historia, cómo se fueron abordando distintos temas”, sostiene Peña Onganía.

“Para los historiadores esto implica poder acceder desde cualquier lado y, por supuesto, baja el costo que tiene hacer una investigación. Pero implica además que uno puede chequear la fuente que encontró citada en un libro o en otra investigación, ir al documento de primera mano. Cualquier proceso de digitalización es para celebrar porque permite estar en contacto con documentos que, además, el tiempo deteriora”, explica el historiador Jorge Gelman, actual director del Instituto de Historia Argentina y Americana «Dr. Emilio Ravignani». Según el autor y docente, “es importante que el archivo estatal se amplíe porque hay allí una información que no hay en ningún otro lado”.

Según Peña Onganía, la digitalización de los documentos, que abarca hasta 1955, costó entre 8,5 y 9 millones de pesos. A través de la firma de un nuevo convenio con la Universidad de Tres de Febrero –el trabajo inicial se hizo por un convenio con la UBA- la Cámara aspira a digitalizar “por lo menos hasta 1983”. Eso incluiría los documentos de la Comisión Asesora Legislativa (CAL) que funcionó durante la última dictadura: “Es material en su gran mayoría administrativo y estará disponible dentro de las Comisiones Especiales”, adelanta el funcionario. Eso sí, corren tiempos de elecciones, y entonces advierte: “Continuar con el programa es una decisión política y estamos ante un cambio de gestión”.

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El Tucuman antiguo en el presente: El diario El Orden – Centro Cultural Eugenio Flavio Virla

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En pleno centro de San Miguel de Tucumán, más precisamente en 25 de mayo al 200, un edificio se destaca en la cuadra junto al del correo. Es el del Centro Cultural Eugenio Flavio Virla perteneciente a la Universidad Nacional de Tucumán, en cuyas dependencias existe una sala de teatro, se hacen muestras artísticas, hay distintas dependencias de la Universidad, un museo y se emite Radio Universidad.

El Centro fue inaugurado en la década del 80, pero sin embargo, no muchos saben que en esas dependencias funcionó por más de veinte años (entre la década del 20 y del 40), uno de los principales diarios de la provincia y principal competidor del diario La Gaceta: el diario El Orden.

A veces caminamos sin ver, sin levantar la cabeza y en el frontispicio, se puede leer grabado de forma clara EL ORDEN. Este diario fue fundado en la década del 80 pero del siglo XIX por Ernesto Colombres, en un tiempo en el cual las disputas políticas eran constantes en la provincia. Rápidamente, el director se apartaría para dar lugar a Leon Rosenvald quien manejaría los hilos del diario hasta mediados (fines si se quiere) de 1910, cuando una enfermedad golpearía su salud dándole paso a sus hijos (León fallece en 1922).

Con el correr de las décadas y bajo el manejo de los hijos de Rosenvald el diario no volvió a conocer el prestigio que tuvo con su padre (El Orden era mencionado con frecuencia en lo que refiere a notas sobre política o la situación del «interior). En el Archivo Historico de Tucuman y en la biblioteca Lillo, los ejemplares continuados llegan hasta fines de la década del 30 para aminorar en los 40’s, más que nada por la pérdida del material. Se cree que alrededor de 1943 el diario cerró sus puertas.

Durante gran parte de su historia, El Orden se posicionó como un actor político de peso en las provincia, de acuerdo al gobierno de turno, particularmente fue constante el ataque a los gobiernos radicales tucumanos a partir de 1917.