Curso: El Catolicismo en el mundo contemporáneo: el Movimiento Católico (1870-1960)
Dr. Miguel Ángel Dionisio Vivas
Escuela Universitaria de Magisterio Escuni (Universidad Complutense de Madrid)- Instituto Teológico San Ildefonso
El Instituto de Investigaciones Históricas “Prof. Manuel García Soriano” UNSTA invita al curso El catolicismo en el mundo contemporáneo: el movimiento católico (1870-1960)a cargo del Dr. Miguel Ángel Dionisio Vivas. El expositor se explayará sobre el desarrollo del movimiento católico en los contextos de España, Italia y Argentina, entre mediados del siglo XIX y mediados del XX. El eje articulador serán los pontificados de León XIII, Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII. Algunas de las temáticas a tratarse versarán sobre el catolicismo social; la relación entre el movimiento católico y la Acción Católica; las respuestas institucionales ante la secularización y el laicismo; la Iglesia y movimiento obrero, entre otras.
El curso se realizará los días 3 de septiembre de 16:00 a 20:00 hs. y 4 de septiembre de 14:00 a 18:00 hs.
Josep Fontana en una entrevista en 2017.ALBERT GARCIA
Josep Fontana, uno de los grandes renovadores de la historiografía española y dueño de un inusual compromiso cívico, murió ayer en Barcelona a los 86 años tras mucho tiempo de estoica lucha contra un cáncer al que él, siempre atareado, siempre incansable, hizo el menos caso posible.
Fue quien mejor entendió el hundimiento del Antiguo Régimen en España al compararlo por vez primera con lo que ocurría en Inglaterra o Francia en el XIX. También fue quien mejor ha leído desde la península la globalidad del siglo XX. Su credo nació de un libro que su padre le dio cuando apenas tenía siete años. El hombre era propietario de una librería de viejo en la calle Boters, en pleno centro histórico de Barcelona. Era, le dijo al niño, para que empezara su propia biblioteca, que con los años acabaría compuesta de unos 50.000 libros que donó en su mayor parte a la Universidad Pompeu Fabra. Conservó 15.000 volúmenes hasta el último día en su casa para seguir trabajando. Lo leyó siempre todo.
La obra clave de aquel regalo paterno fue uno pequeñito, ilustrado y que siempre conservó, de Ferran Soldevila. Sería uno de sus tres maestros. En los años 50 acudía a sus clases clandestinas de los Estudios Universitarios Catalanes, que Soldevila impartía en el comedor de su casa. De él, decía, aprendió que “tras un documento hay seres humanos con sentimientos y problemas”. Los otros dos faros serían Jaume Vicens Vives —“una isla de modernidad en un mar de carcas retrógrados” en la universidad franquista; él le inculcó la conciencia cívica (“me hizo ver que se puede servir al país a través de la ciencia de la Historia”)— y Pierre Vilar, al que llegó por generosidad de Vicens Vives cuando éste vio que no podía satisfacer el hambre intelectual de su discípulo.
Un credo tatuado desde la infancia
El credo íntimo que hacía definirse a Fontana (Barcelona, 1931), desafiante en estos tiempos de neoliberalismo salvaje, como “rojo y nacionalista, que no son dos cosas incompatibles”, lo llevaba tatuado desde su infancia, forjada por el recuerdo de los bombardeos durante la Guerra Civil “duros, porque buscaban el Palau de la Generalitat, que estaba muy cerca de casa, por eso íbamos al mismo refugio del palacio” Y, claro, por la propia actitud del padre, que en una librería anterior, en la calle de la Palla, acogía a un grupo ligado al Bloc Obrer i Camperol. “Sí, crecí en un ambiente inequívocamente catalán y de izquierdas”. La consecuencia: un rápido compromiso de joven con la lucha clandestina que le llevaría al PSUC. Como fue norma en él, decisión de lógica aplastante: “Era la fuerza más eficaz para liquidar el franquismo y unía principios sociales con la mirada de la autodeterminación”. Una fiel coherencia que mantuvo entre 1957 y 1980, cuando abandonó el partido.
Con Europa ante el espejo (1994) o Por el bien del imperio. Una historia del mundo consiguió notoriedad y prestigio dentro y fuera de España
Recién licenciado en Letras y ya fichado por Vicens Vives, que se lo llevó de ayudante junto a otra promesa, Jordi Nadal, Fontana inició una rauda y brillantísima carrera en la flamante Facultad de Económicas de la Universidad de Barcelona, que le llevó muy pronto a ser un año (1956) assistant lecturer en la de Liverpool, lo que se tradujo en el acceso a una bibliografía inimaginable en la España de los 50. Ni la expulsión en 1966 de la universidad por su militancia comunista truncó una trayectoria que, con los años, le llevaría a ocupar la cátedra de Historia Económica en las universidades de Valencia (1974-1976), de la Autónoma de Barcelona (1976-1991, donde fue también decano y vicerrector) y de la Pompeu Fabra.
Su figura creció como experto irrefutable del modelo de transición del Antiguo Régimen hacia el capitalismo y la formación del mercado peninsular. De ahí partieron algunos de sus libros fundamentales, como La quiebra de la monarquía absoluta 1814-1820, de 1971, Hacienda y Estado, 1823-1830 o La crisis del Antiguo Régimen (1808-1832). El truco siempre era el mismo: documentación de fuentes casi siempre inéditas, exhaustivas bibliografías consultadas y una interpretación sagaz que, encima, exponía de manera clara y brillante.
El credo profesional de quien mejor entendió el hundimiento del Antiguo Régimen en España parte de media docena de libros que su padre le dio cuando tenía 7 años
Títulos como esos o Aribau y la industria algodonera en Cataluñapodrían dar una imagen de erudición y aridez extrema. Nada más lejos de Fontana, siempre excelente y riguroso divulgador, como pueden testimoniar las decenas de profesores de bachillerato a los que impartía Historia cada sábado por la mañana o los miles de alumnos que le escucharon en unas clases que tenían su puesta en escena: puntual, se sacaba el reloj de pulsera y lo dejaba reposar a la derecha de los folios que contenían la materia de la jornada que siempre llevaba escrita, como sus intervenciones en los tribunales académicos, lo que quizá explique su ingente producción de prólogos (superan los 150).
Vital en su labor divulgadora fue su función de editor en la sombra, primero en los años 70 en el sello Ariel y luego en el de su amigo editor Gonzalo Pontón, Crítica. Ahí remachó su labor de introductor en España de escuelas historiográficas renovadoras inspiradas en buena parte en el marxismo: la de los Annales, los propios Vilar y Eric Hobswam, E. P. Thompson, George Rudé, Michele Vovelle, Marc Bloch, Albert Soboul… Pero también gracias a él se dio la recuperación de textos del presidente de la República española Manuel Azaña, como el sincero Memorias políticas y de guerra. En esos despachos inventaba títulos, rehacía traducciones o redactaba contracubiertas sin que se le cayeron los anillos de catedrático.
Se definía como “rojo y nacionalista, que no son dos cosas incompatibles”
Como sus maestros Soldevila y Vicens Vives, Fontana también acabó saltando de siglo y plantándose en su actualidad. Y con ambición porque “uno no puede estudiar el rinconcito en el que vive sin conocer las corrientes que le rodea”, sostenía. Por eso, a partir de los años 90 su bibliografía de más de más de una veintena de títulos se amplió con una historiografía universal que tuvo su primer gran hito en Europa ante el espejo (de 1994, con 12 traducciones) y que remachó de una manera tan espectacular como omnívora en Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945 (2011), seguramente la mejor mirada peninsular a la Guerra Fría y sus consecuencias, y en donde se aprecia el dominio de fuentes, aún con las nuevas tecnologías de por medio, que el ya veterano historiador mantuvo hasta el último día.
Sabedor de su solidez intelectual, no exento de cierta dureza que contrastaba con su generosidad para con estudiantes y entidades populares (a los que solía atender en la mesa de cristal de su domicilio atiborrado de libros y carteles en su modesto barrio de siempre, Poblesec), Fontana nunca rehuyó el debate dialéctico ni se escondió en sus opiniones. Así, no dudaba en señalar que en la Transición española “el juego estaba trucado, se cometieron errores serios: los políticos no estaban dispuestos a defender ya los mismos principios que habían dicho a la gente, ni a luchar por lo que se defendía en la clandestinidad; se le dijo a las fuerzas sociales que ya podían volverse para casa”. Por eso quizá apoyó a la formación de Barcelona en Comú de Ada Colau, cerrando en 2015 simbólicamente su lista: “No eran un partido, querían administrar el Ayuntamiento, no aprovecharse de sus recursos para alimentar el partido como hacen los demás”. O por ello también mostró sus simpatías hacia la CUP, movimiento “limpio y sincero”, si bien con “un programa más para hacer la revolución que para hacer una política parlamentaria y eso es un problema”. Ciudadanos le parecía “de los más peligrosos: es un invento catalán que engarza con la tradición de nuestra gran burguesía, que cuando ve obstaculizados sus intereses, se pasa al enemigo; ya lo hizo en 1936”.
Sabedor de su solidez intelectual, Fontana nunca rehuyó el debate dialéctico ni se escondió en sus opiniones
Con Bertolt Brecht como guía
A pesar de tener la Creu de Sant Jordi en 2006 o haber escrito hace apenas tres años un tan exitoso como inequívoco La formació d’una identitat. Una història de Catalunya (“El ‘Som i serem’ de la sardana La Santa Espinaes una línea perdurable de la identidad catalana”; “uno sólo puede separarse si el otro acepta que te separes”; “los catalanes sólo pueden seguir luchando; llevamos así 500 años; no hay otra salida”, ha dicho en diferentes ocasiones sobre el Procés), su contundencia también la dirigió hacia determinado nacionalismo catalán, como el representado por Artur Mas: “Su giro catalanista lo hizo porque era salvador para él”. Del resto del mundo, lo tenía, cómo no, muy claro: veía en la última gran crisis económica “la gran mentira de las políticas de austeridad; se llegó a ella por la degradación de las condiciones de trabajo y la paulatina aplicación de reformas laborales que han eliminado derechos y menoscabado la capacidad de reacción de los trabajadores”, dudaba de la supuesta estabilidad económica actual, veía en la inmigración el gran problema presente y futuro y admitía: “Sí, están ganando los ricos”.
Fiel a su concepto de que “la Historia ha de ser un análisis crítico de los acontecimientos” y de que su estudio “debe ayudar a crear una conciencia de la Historia”, en la pared de su cargadísimo despacho colgaba un poema de Bertolt Brecht que, de algún modo, él con su labor había dado sentido: “Quien todavía esté vivo que no diga jamás: lo que es seguro no es seguro. Todo no será siempre igual. Cuando hayan hablado los opresores, hablarán los oprimidos. El que haya caído, debe levantarse, el que haya perdido, debe luchar. ¿Quién podrá detener al que conoce la verdad? Porque los vencidos de hoy son los vencedores de mañana, y el jamás se va a convertir en ahora mismo”. Decía que le gustaba volver a esas palabras.
La editorial Digital Reasons (www.digitalreasons.es) acaba de publicar el siguientes libro:
Los jesuitas en el Japón de los samuráis (siglos XVI- XVII), de Osami Takizawa, catedrático de la Universidad Católica Junshin de Nagasaki (Japón), excatedrático visitante del Centro Internacional de la Cultura de Japón (Nichibunken) y Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia de Madrid. Es Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid.
El libro está en versiones digital y papel (ISBN: 978-84-948502-4-0 / 430 páginas- 16€)
Difundimos el programa de las XI Jornadas Internacionales de Historia de España que se realizarán entre el 5 y el 7 de septiembre en la Academia Nacional de Historia en Buenos Aires
Pensar desde los márgenes: salir de los estándares hetero-normativos.
XIV JORNADAS NACIONALES DE HISTORIA DE LAS MUJERES / IX CONGRESO IBEROAMERICANO DE ESTUDIOS DE GÉNERO
Intersecciones: Feminismos, Teorías y Debates Políticos
Mar del Plata, 29 de julio al 1 de agosto de 2019
Coordinan: Prof./Mgt. Miguel Angel Ochoa (UNTREF) y Prof/Esp. Gabriela Spinelli (UNLu)
Ya sea como recorrido realizado o como proyección de una utopía, la presente propuesta, tiene la intención de aglomerar desde la militancia y la producción académica de diversas disciplinas y desde variados enfoques indagaciones que interpelen la doxa hetero-normativa todavía sólida, que si bien no ha sido inmutable a lo largo del tiempo, conserva ciertos resabios arcaizantes. Retomando algunos planteos trazados por Dora Barrancos para las sexualidades disidentes en la Argentina durante el siglo XX, quisiéramos indagar en los actores divergentes que no se limitan meramente a la sexualidad, antes bien que han ido escalonando el proceso histórico marcando hitos fundantes a lo largo de un periodo más amplio tanto espacial como temporal.
Madre, ama de casa, heterosexual, padre de familia, monogamia, hombre, mujer blanca, joven, son marcos sociales que se hallan, con las particularidades de cada contexto socio histórico y espacial, naturalizados, a tal punto que funcionan como punto de apoyo o construyen una referencia ineludible, incluso para cuestionarlos o alejarnos de ellos.
La diversidad, mucho más sencilla de enunciar que de poner en práctica, es a la vez de una amplitud basta, que se encuentra, sin embargo, paradojalmente en los márgenes del deber ser socialmente
aceptado y normativo. Los feminicidios, travesticidios, la homofobia, el machismo, la misoginia generan disparidad en una lucha de fuerzas desigual que se ha ido visibilizando cada vez con mayor contundencia dando cuenta de los derechos ganados como actores sociales políticos de esos colectivos cuantitativamente menores que, no obstante, han podido no sin dificultades, hacerse oír.
Esa condición de minorías, fragmentadas, sexualmente condicionadas, diseccionadas analíticamente, puede rastrearse a lo largo de la historia pasada y presente, en diferentes ámbitos, disciplinas, lecturas políticas, militantes y académicas. Creemos que vale la pena intentar dar cuenta de esa masa crítica y dispersa de experiencias y saberes socialmente construidos ya sea a modo de balance ya sea a modo de recuperación de experiencias olvidadas.
Nuestra propuesta busca reflexionar sobre desigualdades y opresiones pero también sobre el corrimiento de los márgenes en nuestras sociedades recientes para generar consciencia y sostener cambios. Buscamos recuperar autoras, libros, obras y militancias que han posibilitado y posibilitan una mirada plural sobre los procesos y luchas pasadas, presentes y futuras ya fuera como itinerario de lo realizado o como una serie de sugerencias de los caminos posibles a futuro.
El Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora invita a la presentación del libro Los bajos fondos. Historia de un imaginario, de Dominique Kalifa
Desde la Corte de los Milagros hasta los territorios contemporáneos de la miseria o el inframundo, la existencia de los «bajos fondos» regularmente regresa para atormentar nuestra imaginación.
Mendigos, limosneros, pobres, prostitutas, criminales, delincuentes graves, los convictos pueblan con sus horribles figuras, tanto reales como imaginarias, el revés –por no decir la «media»– de nuestras sociedades. Constituyen el florete, la parte maldita, pero también una de las líneas de vuelo simbólicas y sociales.
Aunque centrado en Francia el siglo XIX y XX, este libro no duda en enraizar sus referencias en la sociedad medieval menguante, en los bajos fondos victorianos, en las aceras de Hamburgo o en los puertos coloniales … Dominique Kalifa desarrolla así una sociología comparativa altamente precisa y documentada de este imaginario, capaz de suscitar fantasías y divagaciones. Paso a paso, saca a la luz a los elementos que lo constituyen (sus decorados, sus figuras y sus intrigas), sus procesos de fabricación (a través del periodismo, la literatura, el cine …), y también, especialmente, los resortes de una fascinación, a menudo denunciada como malsana, que sin embargo con frecuencia resulta un poderoso regulador de sensibilidades y aspiraciones sociales.
Participan: Elisa Speckman, Claudia Canales, Vicente Quirarte y el autor. Jueves 30 de agosto, a las 18:00 horas, en la sala de lectura de la Biblioteca «Ernesto de la Torre Villar» de la sede Poussin del Instituto Mora.
Coordinador/es del evento
Dra. Laura Suárez de la Torre
Tipo de evento
Presentación
Participantes
Elisa Speckman, Claudia Canales, Vicente Quirarte y el autor
Lugar del evento
Sala de lectura de la Biblioteca “Ernesto de la Torre Villar” de la sede Poussin
Hacemos extensiva una nota de Carlos Páez de la Torre en La Gaceta anunciando el fallecimiento del autor (junto a Carlos Floria) de «Historia de los Argentinos». Q.E.P.D
CÉSAR GARCÍA BELSUNCE. Una foto del 15 de mayo de 2007, cuando hablaba en el ciclo de conferencias de LA GACETA en el Centro Virla.
“Los historiadores tienen una gran responsabilidad social; una conciencia moral aplicada a su ciencia”. El historiador “debe ser un asceta cultural, meta que algunos alcanzan y otros no”. Los “historiadores de profesión hemos incurrido en el pecado de escribir para otros historiadores: no llegamos a la gente, que tiene hambre de historia-relato”. La historia “no da recetas, pero ayuda a comprender”. La historia “no se repite, pero enseña muchas cosas de la realidad de hoy, cuando la interrogamos bien”.
Estos fueron algunos de los conceptos que expuso, el 15 de mayo de 2007, el historiador César García Belsunce en el ciclo de conferencias de LA GACETA. El distinguido académico falleció repentinamente el domingo 19 en Buenos Aires. Nadie notaba los 91 años que tenía, porque actuaba como un joven. Seguía estudiando, seguía escribiendo, dirigía grupos de trabajo, estaba lleno de proyectos.
Abogado y doctor en Historia, profesor universitario, había sido juez de primera instancia y director del Archivo General de la Nación. Desde hace tres décadas era miembro de número de la Academia Nacional de la Historia, que presidió, y pertenecía a los más importantes centros argentinos y extranjeros de la disciplina.
Entre sus muchos y medulosos trabajos, se destacan sobre todo los libros que escribió con Carlos Floria: “Historia de los Argentinos”, en dos tomos; “Historia política de la Argentina contemporánea” y “La Argentina política. Una nación puesta a prueba”. Aparecidos entre 1971 y 2005, siguen siendo asiduamente consultados por el equilibrio de sus tesis. Se preparaba a venir a Tucumán, al Encuentro de Académicos que comienza hoy, como representante de la Union Académique Internationale. El destino dispuso otra cosa, para tristeza de quienes lo conocieron y admiraron.
En este evento se conversará sobre el libro de reciente publicación, Bibliotecas y cultura letrada en América Latina. Siglos XIX y XX (Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2018), coordinado por Carlos Aguirre y Ricardo Salvatore; a su vez se hará entrega del Premio Tulio Halperin Donghi – II Edición, 2018.
16:00: Conversación sobre el libro Bibliotecas y cultura letrada en América Latina. Siglos XIX y XX
Con la participación de los editores del libro: Carlos Aguirre y Ricardo Salvatore Comentaristas: Alejandro Dujovne, Karina Galperín y Alejandro Parada
El volumen, editado por el Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, reúne colaboraciones de Carlos Aguirre, Alfredo Alzugarat, Paula Bruno, Pablo Buchbinder, Christina Bueno, Máximo Farro, Flavia Fiorucci, José E. Flores Ramos, Pedro M. Guibovich Pérez, Maria Margaret Lopes, Iván Molina Jiménez, Lilia MoritzSchwarcz y Ricardo Salvatore.
17:30: Entrega del Premio Tulio Halperin Donghi – II Edición, 2018
Línea temática: Cultura impresa: bibliotecas, circulación de textos, lecturas, colecciones
Ganadora: Ana Eugenia Vázquez
Título del trabajo premiado: «Puntos de partida para la literatura nacional: libros europeos, folletines franceses y gabinetes de lectura»
Entregan los miembros del jurado: Ricardo Salvatore (Presidente), Alejandro Dujovne, Karina Galperín y Alejandro Parada
Ya se encuentra disponible un nuevo número del Boletín Histórico de la Sociedad de Estudios Históricos, Arqueológicos y Geográficos de Chile. Nuestras felicitaciones