Ricardo III era bueno

De EL MUNDO

Reinó apenas dos años (1483-1485), pero su leyenda negra ha pervivido durante cinco siglos. Fue el último monarca inglés en morir en el campo de batalla y el único enterrado de cualquier manera. Vilificado por Shakespeare como «un ser repugnante, deforme e inacabado», se convirtió en la temible reencarnación del villano universal.

El péndulo de la historia se pone ahora del lado de Ricardo III. El último monarca de la Casa de York es reivindicado estos días como el héroe de Leicester, donde murió «luchando como un valiente ante la presión de sus enemigos». Llegó a matar al portaestandarte de Enrique Tudor antes de caer abatido.En el último momento culpó de su derrota al barón Stanley: «Traición, traición, traición»…

Todo está listo en Leicester para el acto final del rey encorvado. La vetusta ciudad, en el corazón de Inglaterra, es desde ayer el decorado a este drama histórico que arrancó con el paseo del féretro y sus restos mortales, encontrados hace tres años cuando se construía un aparcamiento sobre las ruinas de la abadía deGreyfriars.

La escenificación, comparable a la de un funeral de Estado, culminará el jueves con el reentierro del monarca en pomposa ceremonia transmitida en directo por televisión. Isabel II delegará su presencia en la condesa de Wessex, Sophie Rhys-Jones. Al fin y al cabo, el de Ricardo III será el primer funeral por un rey muerto desde 1952, cuando fue enterrado el rey Jorge VI.

Ricardo III yacerá encapsulado en un sarcófago de piedra caliza de Swaledale, con una profunda cruz incisa, sobre un lecho de mármol oscuro de Kilkenny. Sus restos reposarán finalmente en un ala de la catedral de Leicester y junto al viejo «juramento de lealtad» (‘Loyaulte me lie’) a modo de escueto epitafio.

Entre tanto, la población de Leicester está dividida entre ricardianos -que consideran que ya era hora de devolver la dignidad al «rey difamado»- y los escépticos que aseguran que estamos ante «un montaje» para mayor gloria de la monarquía inglesa. La redención del rey más odiado por los británicos podría dar para una nueva tragedia… Este es el ‘dramatis personae’.

El ‘ricardiano’ mayor. Nada de lo que está ocurriendo estos días habría sido posible sin la generosa contribución de John Ashdown-Hill. El venerado historiador, autor de Los últimos días de Ricardo III, se empeñó en rebatir el mito de que el cadáver del rey había sido lanzado por una multitud enfurecida al río Soar y demostró con datos fiables que fue realmente enterrado en la abadía de Greyfriars, en los terrenos ocupados por un triste aparcamiento.

La recalcitrante. Philippa Jayne Langley tuvo la extraña sensación de «estar pisando la tumba de Ricardo III» en un lugar muy concreto del ya famoso parking. La secretaria de la rama escocesa de la Sociedad de Ricardo III (creada en 1924 para lavar la imagen del monarca) fue el alma del proyecto ‘Looking for Richard’, en el que acabaron involucrándose los reputados arqueólogos de Leicester.

El ‘otro’ Richard. El arqueólogo-jefe Richard Buckley tenía también la sospecha de que su tocayo estaba enterrado en el lugar que ocupó en tiempos la abadía: «Muchos conocíamos esa conexión, pero ni por un minuto podíamos imaginar que tuviéramos la oportunidad de investigarla». Las excavaciones arrancaron en agosto del 2012 y el esqueleto 1 apareció a las primeras de cambio, como si estuviera esperando.

La osteóloga. El esqueleto cayó en manos de Jo Appleby, osteóloga de la Universidad de Leicester, que no tardó en identificar los restos como pertenecientes a un hombre de poco más de 30 años (Ricardo III tenía 32 al morir), de 1,74 de altura y con una ostensible escoliosis lateral, que sin embargo no se manifestaba como una joroba sino como una descompensación entre los dos hombros.

El pariente. Para confirmar a ciencia cierta si se trataba de los restos de Ricardo III era necesaria la prueba del ADN. Como el rey no tuvo descendencia, se tiró del árbol genealógico de su hermana, Ana de York. Y así se llegó hasta el ebanista canadiense Michael Ibsen, afincado en Londres. En pago por sus servicios, Ibsen recibió el encargo de hacer el ataúd a su ancestro en madera de roble inglés… «Tiene una bella resonancia esto de hacer un ataúd para un pariente lejano».

El alcalde peleón. Tras el histórico hallazgo, Leicester y York libraron un pulso histórico por quedarse con los restos. Venció la batalla el acalde Peter Soulsby, empeñado en convertir a Ricardo III en atracción turística. Se espera que más de 100.000 visitantes desfilen en un año por el museo construido en su honor junto al aparcamiento.

El reverendo irreverente. «No queremos un pastiche medieval», fue la clarísima orden que impartió el reverendo David Monteith, decano de la catedral de Leicester, que oficia estos días como maestro de ceremonias: «Queremos algo que refleje el momento en que va a ser enterrado Ricardo III, en pleno siglo XXI».

La redentora. Annette Carson, autora de ‘El rey difamado’, es posiblemente quien más ha hecho por lavar la reputación de Ricardo III. Carson cuestiona las dos principales acusaciones: la usurpación del trono y el asesinato de sus sobrinos Eduardo y Ricardo. La autora recuerda estos días el papel del rey como mano derecha de su hermano, el rey Eduardo IV, y destaca la reputación ganada en poco tiempo en el norte de Inglaterra por impulsar «reformas legales en beneficio de la gente común».

El “escondite nazi” que quedó sin usar en Argentina

La evidencia sugiere que tres edificios de piedra, con muros de hasta tres metros de espesor, que se alzan en una zona selvática de Argentina, pueden haber sido un escondite nazi.

Noticia de la BBC

La leyenda de un escondite nazi en plena selva de Misiones, en el noreste de Argentina, es casi tan vieja como la caída misma del Tercer Reich en 1945.

Pero ahora una investigación del Centro de Arqueología Urbana (CAU) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) parece estar a punto de confirmar la especie, aunque con una importante salvedad.

Según el director del CAU, Daniel Schávelzon, la mal denominada «Casa de Bormann» nunca alojó al secretario personal del líder de la Alemania nazi Adolfo Hitler, como siempre ha dicho la leyenda que la ciencia ahora está ayudando a desentrañar.

Lo que se sabe es que dicha casa estaba compuesta por tres inmensas edificaciones que se levantan en medio de la espesura en lo que ahora es el parque Teyú Cuaré, cerca de la frontera con Paraguay.

Y sus gruesos muros de piedra –de hasta tres metros de espesor– tampoco son el vestigio de una vieja misión jesuita remodelada para acoger al hombre de confianza del Führer, como aún se afirma en los letreros con los que el parque intenta explicar la incongruente edificación.

Pero los investigadores de la UBA, sin embargo, sí creen que los muros fueron levantados por orden de Alemania para servir de escondite a la jerarquía nazi en caso de una eventual derrota en la Segunda Guerra Mundial.

Conexión alemana

La evidencia encontrada en la excavación del CAU, en cualquier caso, apunta en ese sentido.

«Es una construcción probablemente de la década de 1940, es decir que ahí no hay nada que sea jesuítico. Y nunca fue utilizada: no hay evidencias de vida cotidiana, de vida doméstica», reconoció Schávelzon.

«Pero sí creemos – aunque para nosotros es una hipótesis, no una aseveración definitiva– que esto puede haber sido un refugio nazi que no se llegó a utilizar», le dijo BBC Mundo.

Platos de porcelana hechos en Alemania, frascos y botellas de cerca de la década de 1940, son parte de las pistas.

«Y encontramos un conjunto de monedas del Tercer Reich –alemanas, nazis– colocadas bajo los cimientos de la construcción. Es decir que fueron puestas antes de hacer las paredes» le dijo a BBC Mundo Schávelzon.

«Es decir que fueron puestas antes de hacer las paredes. Ahí no llega cualquiera, ni podría ser puesto por alguien hoy en día», explicó.

Zona inaccesible

Además, por lo que cuenta el arqueólogo, las mismas características del complejo, ubicado en una zona prácticamente inaccesible en aquella época, también parecen confirmar que su propósito era proteger y ocultar.

Los objetos encontrados en la excavación, que incluyen monedas del Tercer Reich, sugieren una clara conexión con la Alemania de la década de 1940.

«No eran dos casas, como se pensaba, sino que resultaron tres edificios bastante complejos: uno es una vivienda para pocas personas, el otro es un depósito muy grande y muy complejo, y el tercero, que está arriba de una especie de cerro, una estructura defensiva que no es para vivir, sino para controlar todo el territorio».

«Y también hay algunos papeles, sobre los que estamos trabajando, que indican que ya en 1941, el servicio secreto alemán ya estaba preparando refugios en sitios secretos e inaccesibles, por si la guerra se llegaba a dar vuelta», explicó.

A mediados de la década de 1940 la selva misionera ciertamente cumplía con esas características.

Y luego de la derrota de la Alemania nazi varios importantes miembros del gabinete de Hitler –aunque no Bormann, quien se suicidó en Berlín hacia el final de la guerra– decidieron buscar escondite en Argentina.

Aunque no necesitaron esconderse en una remota zona selvática a pocos minutos de la frontera con Paraguay, pues fueron bien recibidos por el gobierno de Juan Domingo Perón.

Adolf Eichmann, por ejemplo, el oficial de la SS que supervisó el holocausto, vivió tranquilamente en un suburbio de Buenos Aires durante años, hasta su captura por agentes de Israel.

Bien recibidos

«Fueron bien recibidos. Entonces no fue necesario usar el escondite. Es la única explicación que encuentro», le dijo a BBC Mundo Schávelzon.

Aunque el director del CAU reconoce que para probar completamente su hipótesis hará falta mucho más trabajo. Y que la certeza absoluta es una lejana posibilidad.

«Ahora hay que estudiar los objetos, hay que analizar más de 2.000 piezas, una por una», le dijo a BBC Mundo.

«E idealmente necesitaríamos dos o tres temporadas más de excavaciones y más investigación documental y no tengo idea cuando volveremos (a Misiones), pues no tenemos un solo peso de subsidio, ni nada para hacer este trabajo».

«La verdad, sin embargo, es que como arqueólogo viejo no me importa, pues el trabajo de la ciencia es abrir hipótesis».

«Y si se tarda una o dos generaciones en arribar a una conclusión, perfecto», concluyó.

William Morgan, el «comandante yanqui» que murió fusilado en Cuba

Noticia de la BBC

Poco tiempo después de que Fidel Castro dijera que William Morgan era un «verdadero cubano» en una intervención televisada, el estadounidense, héroe de la revolución de Cuba, fue acusado de ser espía de la CIA y fusilado el 11 de marzo de 1961.

El hombre, originario de Toledo, Ohio, había llegado a Cuba en 1957 para atrincherarse en las montañas de la isla junto a las tropas de Eloy Gutiérrez Menoyo, fundador del Segundo Frente Nacional del Escambray (SFNE), con el objetivo de apoyar el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista.

La experiencia militar de Morgan tras su convulsionado paso por el ejército de Estados Unidos, lo convirtió en una de las cabezas militares de la revolución de la isla.

Morgan llegó a ser conocido en Cuba como el «Yanqui comandante», y junto al argentino Ernesto ‘Ché’ Guevara y el mismo español Guitérrez Menoyo, fue uno de los tres extranjeros que alcanzaron los grados de ‘comandante’.

«Fuerza poderosa»

El SFNE era una guerrilla independiente de la Fidel Castro que operaba en las montañas centrales de Cuba.

Alcanzó a tener más de 1.000 hombres y fue determinante en el control de la zona central de la isla, que llevó a Batista a huir del país, el 31 de diciembre de 1958.

«Ciertamente fue una fuerza poderosa en la revolución, sobre todo en las montañas centrales», le dice a BBC Mundo Michael Sallah, periodista y coautor del libro sobre Morgan «The Yankee Comandante», que se presenta en Miami este fin de semana.

Sin embargo, las cosas cambiaron rápidamente y, en octubre de 1960, Morgan pasó del pedestal de héroes de la isla a los calabozos del antiguo fuerte colonial La Cabaña, convertido en prisión y centro de fusilamiento meses después de la victoria de Castro.

¿Por qué Cuba?

«Vio una oportunidad de ayudar a la gente que conoció mientras trabajaba en Miami, a los disidentes, miembros de la Cuba subterránea en la década de 1950, y decidió tomarla», explica Sallah, quien ha investigado la vida de Morgan durante casi dos décadas.

«Finalmente fue en Cuba donde encontró alguien a quien realmente amó y sobre todo una causa por la cual luchar…y al final encontró la redención en su muerte».

William Alexander Morgan nació en Ohio el 19 de abril de 1928. Creció en una familia de clase media católica y republicana.

Era carismático, brillante pero rebelde, según explica un extenso artículo sobre Morgan, del periodista David Grann publicado en el The New Yorker en 2012, citando testimonios de la familia y conocidos del estadounidense.

También era aventurero e indisciplinado. Saltó de colegio en colegio, entró y salió del ejército, del que finalmente tuvo una baja deshonrosa en 1950.

Fue llevado a la corte marcial, a prisión y trabajos forzados durante varios años tras haber abandonado el servicio sin permiso y luego haberle arrebatado el arma de un guardia para intentar salir una vez fue detenido.

Mito

Al salir de prisión en 1950, Morgan intentó adaptarse sin éxito.

Fue tragafuegos en un circo en la Florida; cobrador de deudas, guardia a la entrada de un bar y delincuente de poca monta para la mafia en su Toledo natal.

«Cuando finalmente fue a Cuba logró lo que no había sido antes», explica Sallah, que escribió el libro con el también periodista Mitch Weiss.

Al empezar a cosechar éxitos con el SFNE, Morgan empezó a volverse un mito en EE.UU..

Según cuenta Mike Sallah, su historia salió publicada en medios como Time, The New York Times y AP.

De acuerdo a la investigación de Grann, en 1959 el Servicio Secreto de EE.UU. inició una investigación sobre Morgan y recomendó que se tomará acción contra el hombre lo que condujo a que el Departamento de Estado le retirara su ciudadanía.

«Él amaba a su país, se le rompió el corazón cuando le quitaron la nacionalidad», dice Sallah.

«Romántico»

«Fúgate», le dijo William Morgan a su esposa Olga Rodríguez la última vez que lo vio, el 31 de diciembre de 1960, en los calabozos de La Cabaña.

La pareja se había conocido en el Escambray cuando él era comandante y ella una joven que cuidaba a los heridos en los campamentos del SFNE.

Olga venía de una familia campesina y pobre.

«Cuando me miró creyó que yo era hombre porque me había cortado el pelo cortico y lo tenía pintado de negro para poder huir», le cuenta a BBC Mundo desde Toledo, Ohio, Olga Goodwin, quien usa el apellido de su segundo esposo.

«Me quitó la gorra, me dio la mano, me abrazó con cariño… Yo me enamoré desde que lo vi… Era alto, precioso», recuerda.

Los Morgan se casaron en 1958 frente a un notario y tres testigos en un campamento en las montañas.

«Fue una boda muy bonita, dice Olga, William era muy romántico, me hizo una sortija de flores».

Inconforme

Una vez derrocado Batista, William y Olga Morgan se establecieron en el barrio el Vedado en La Habana.

William, que había manifestado varias veces su inconformidad con el giro político que estaba dando Castro hacia el socialismo, decidió establecer un criadero de ranas.

Olga se dedicaba a cuidar a las hijas de la pareja, Loretta y Olguita, y a ayudar como secretaria en la «ranera».

Pero el 17 de octubre de 1960 William no regresó a la casa.

Fue arrestado por miembros del gobierno y pocas semanas después fue llevado a La Cabaña.

El 31 de diciembre de ese año, después de que la llevaron a ver a su marido por última vez, Olga les ofreció a los policías chocolate caliente, cargado con somníferos, y huyó cuando se quedaron dormidos.

Ella se refugió en la residencia del embajador de Brasil con las niñas, pero fue arrestada por intentar rescatar a su marido el día de su fusilamiento, en marzo de 1961.

«Nunca fue un agente de la CIA»

Las investigaciones de Sallah, Weiss en su biografía, y la de Grann en su artículo de The New Yorker, indican que tras la revolución, Morgan sufrió una enorme frustración del rumbo que estaba tomando el gobierno de Castro.

«Se mantuvo siempre cercano a sus principios democráticos», explica Sallah. «Fue a Cuba a luchar por la libertad de un pueblo y no podía ver que ese pueblo perdiera esa libertad».

«Estaba planeado un levantamiento en las montañas del Escambray. Envió armas a sitios muy escondidos y secretos, para lo cual consiguió mucho apoyo», dice Sallah.

«Pero nunca fue un espía o agente de la CIA, ni siquiera de manera temporal. Esas acusaciones no son ciertas. Es una versión del gobierno de Castro para restarle su importancia histórica al SFNE en la revolución», enfatiza Sallah.

Por su parte Grann coincide en que Morgan nunca fue agente de la CIA y cita documentos desclasificados de EE.UU. que incluso dicen que había «objeciones enérgicas» para usar los servicios de Morgan.

El fusilamiento

El 9 de marzo de 1961, según relata Sallah, Morgan llegó al juicio entonando una canción tradicional del ejército de EE.UU.

La noche del 11 de marzo de 1961 el «Yanqui comandante» fue llevado frente a un pelotón de fusilamiento frente al que se negó a arrodillarse y fue baleado, primero en las rodillas para hacerlo caer.

Tras una gestión de varias décadas de la madre de Morgan, Loretta, y de Olga –quien pasó 12 años y medio en prisión y años después emigró a Toledo en EE.UU.- la ciudadanía de William Morgan le fue restaurada en 2007.

Ahora, más de cinco décadas después, su viuda todavía espera que el gobierno de Cuba mande de regreso los restos del «Yanqui comandante» para poderlo enterrar en Toledo.

Editorial: Pobre nuestro Tucumán

Quizás algo breve y doloroso.

Las inundaciones destruyeron puentes, obligaron a muchas familias a estar viviendo a la vera de las rutas, dejando sus hogares, miles de damnificados.

En el día de ayer la señora Beatriz Rojkes de Alperovich, senadora nacional y Beatriz Mirkin, ministra de Desarrollo Social, visitaron uno de los lugares más castigados, «El Molino». Rápidamente comenzó una extensa discusión con los damnificados, tomando la voz Mirkin, tomando a los damnificados por idiotas lo que recrudeció la situación y ahí apareció, otra vez, la desafortunada frase de la mujer del gobernador ante un hombre quien le recalca que ella estaba en su mansión y que la gente había sido solidaria: «Yo tengo 10 mansiones, no una, pero estoy acá. Yo podría estar ahora en mi mansión, pedazo de animal, vago de miércoles».

Así estamos…pobre nuestro Tucumán

http://www.lanacion.com.ar/1778362-beatriz-rojkes-de-alperovich-insulto-a-las-personas-afectas-por-las-inundaciones?utm_source=fb-LN&utm_medium=publi&utm_campaign=1778362

Aquí el video completo

Afirman que hallaron los restos de Miguel de Cervantes en una iglesia en Madrid

Parte de los restos de las 17 personas encontrados en la iglesia. Foto: AFP
Parte de los restos de las 17 personas encontrados en la iglesia. Foto: AFP

Un grupo de investigadores identificó restos que corresponderían al célebre escritor español Miguel de Cervantes en una iglesia madrileña del siglo XVII en la que llevaban meses trabajando, informaron hoy en una conferencia de prensa.

Además de los restos de Cervantes, habrían encontrados dispersos lo de su mujer, Catalina de Salazar, y los de otras 15 personas en la cripta de la iglesia madrileña de las Trinitarias.

Así se pone punto y final a una investigación que comenzó hace diez meses para localizar el lugar exacto de la iglesia donde reposaba el autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

El equipo de forenses, historiadores y antropólogos que han extraído y analizado restos óseos en el convento de las Trinitarias admiten, sin embargo, que es imposible tener plena certeza de que se trate del escritor más universal de la lengua castellana, puesto que no pueden realizar análisis de ADN.

«A la vista de toda la información, es posible considerar que entre los fragmentos (…) se encuentren algunos restos de Miguel de Cervantes», dijo el antropólogo forense Francisco Etxeberria, que apeló a la prudencia al no existir una certeza absoluta. «Las coincidencias y las no discrepancias nos llevan a considerar que allí estaría Cervantes en términos razonables», agregó el experto, que indicó que ninguno de los restos tenía rasgos de las patologías traumáticas sufridas por el escritor en la batalla de Lepanto en 1571, ya que se trata de restos muy pequeños, en muchos casos esquirlas de hueso.

El autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, antiguo soldado, sufrió heridas en la batalla entre otomanos y cristianos que le dejaron inmovilizado el brazo izquierdo y que dieron lugar a que el escritor fuera conocido por el apodo de «El manco de Lepanto».

Por el momento, los expertos han descartado posibles pruebas de ADN que determinen con certeza que los restos pertenecen al escritor, ya que no existen muestras con las que cotejarlos: el escritor no tuvo hijos, y la única familiar sepultada en un lugar conocido es su hermana, cuyos restos están en un osario común en Alcalá de Henares, a las afueras de Madrid.

«Hay compatibilidad entre la documentación histórica y los datos antropológicos y arqueológicos, lo que no hay son datos genéticos», dijo la osteoarqueóloga Almudena García Rubio en una multitudinaria rueda de prensa celebrada en el Ayuntamiento de Madrid.

Los 17 cuerpos encontrados fueron inhumados entre 1612 y 1630 de la iglesia primitiva de las Trinitarias, ubicada al contrario de lo que se pensaba hasta ahora en un lugar distinto al actual, y que fueron trasladados a la cripta entre 1698 y 1730, en el momento en que estaban terminando las obras de construcción del convento.

Según precisó García Rubio, concretamente hay restos de un mínimo de cinco niños y un mínimo de diez adultos (de ellos, cuatro masculinos, dos femeninos, dos indeterminados y dos probablemente masculinos).

Los restos estaban en el subsuelo, en el conjunto que los investigadores acotaron con el punto 32, y aparecieron junto con una moneda de 16 maravedís de Felipe IV y prendas litúrgicas, entre otros objetos que permitieron datarlos en el siglo XVII.

Esta investigación, liderada por el forense Luis Avial y el georradarista Francisco Etxebarria, costó 124.000 euros y estuvo apoyada por el Ayuntamiento de Madrid.

QUÉ PASARÁ

Sobre qué pasará con los restos del escritor y la posibilidad de que se expongan al público, el historiador Francisco José Marín Perellón, funcionario del Ayuntamiento y archivero, indicó que no corresponde al Gobierno local esta decisión, que dejó en manos del convento de las Trinitarias y la Real Academia Española, que ostenta la tutela del edificio.

Los trabajos comenzaron a finales de abril del año pasado, cuando el equipo de georradaristas liderado por Luis Avial localizó las áreas de la iglesia donde había enterramientos, y, tras meses de gestiones para obtener los permisos, entre ellos los de la Comunidad de Madrid, el pasado 22 de enero una treintena de investigadores accedieron a la cripta para comenzar con la fase arqueológica.

El hallazgo coincide con la conmemoración de los 400 años de la publicación de la segunda parte de «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha», que precede a la celebración en 2016 del cuarto centenario de la muerte del escritor español más universal, que coincidirá, por cierto, con el homenaje de Inglaterra a Shakespeare, cuya tumba puede visitarse en la iglesia de su pueblo natal.

Agencias EFE y Reuters.

¿Qué fue de la familia sobreviviente de Hitler?

Otra interesante publicación de Ciencia Historica

Ciencia Histórica

Primera Parte.

A veces me cuesta trabajo siquiera pensar que un ser de la calaña de Adolf Hitler pudiese haber nacido en un hogar normal y tener padres, hermanos y demás parientes como la mayoría de nosotros, pero a veces a la realidad le da por negar mis perjuicios. El cabo austriaco, el monstruo promotor de una ideología totalitaria y racista tuvo una infancia que, aunque no muy alegre, tampoco fue muy diferente a la de muchos otros niños de su época, y parientes, tuvo, pero hizo lo posible por ignorarlos para que no obstruyeran su carrera y, una vez en el poder, su megalomanía le empujó a casi ocultarlos, precisamente para que el pueblo que dirigía no creyese que no era más que un ser terrenal en lugar de la figura casi divina que se empeñó en construir. Todos sabemos que al final de ese periodo oscuro en la…

Ver la entrada original 1.313 palabras más

Una imágen y algo de historia

Imagen30-7

Para aquellos que hayan visto QUIENES SOMOS pueden observar que hay una postal. Hoy queremos decirles, esa postal, seguramente de comienzos de siglo XX, pertenece a la Plaza Urquiza de Tucumán, ubicada en la zona céntrica de la capital. De fondo, puede verse la antigua Cárcel Penitenciaria, hoy en día allí esta emplazada la nueva legislatura de la provincia. El río (artificial) hace décadas que fue borrado de la plaza, hace un par de años fue reformada.

La plaza esta ubicada entre calles Santa Fe, Muñecas, Avenida Sarmiento y 25 de Mayo. Sobre calle Muñecas esta el centenario Colegio Nacional y sobre la Avenida Sarmiento está el Teatro San Martín

No existe un plano general por internet

Mapa de la plaza https://www.google.com.ar/maps/place/Plaza+Urquiza/@-26.819264,-65.202758,15z/data=!4m2!3m1!1s0x0:0xc9b23266e09ca55c

Street view (para recorrerla) https://www.google.com.ar/maps/place/Plaza+Urquiza/@-26.819175,-65.203253,3a,75y,101.38h,90t/data=!3m4!1e1!3m2!1sybZt99hJloV-S-QM4YQMnA!2e0!4m2!3m1!1s0x0:0xc9b23266e09ca55c!6m1!1e1

Lepoldo II, un Carnicero Real.

Interesante articulo del blog Ciencia Historica

Ciencia Histórica

Conocida es la larga lista de personajes cuyas acciones y decisiones tuvieron como resultado la muerte de millones de personas inocentes. A nadie se le escapan los nombres de Mao, Stalin, Hitler o Pol Pot, los más grandes genocidas de la historia, título que se ganaron a sangre y fuego. Pero hay un individuo que casi siempre está ausente de esa lista, un sujeto que bien se acercó a los números de los nombres antes mencionados y que, no obstante su prolífica carrea criminal, durante décadas se le tuvo como un hombre bueno, un filántropo y gran servidor público. De hecho, en su país, Bélgica, hay gente que aún venera al rey Leopoldo II.

Leopoldo II, Rey de los Belgas Leopoldo II, Rey de los Belgas

Ver la entrada original 1.389 palabras más