Boletín Electrónico Otras Memorias Nº5 (primer semestre 2015)

Compartimos el 5to boletín electrónico de la Asociación Otras Memorias, dirigida por Laura Benadiba. ¡Se los recomendamos!

Info

Compartimos con compañeros y colegas el Boletín Electrónico Otras Memorias Nº5 (Primer Semestre de 2015), un espacio que dialoga entre el terreno académico, el espacio pedagógico y el mundo de lo social, en su sentido más amplio. Esta experiencia editorial busca dar continuidad a los anteriores números del Boletín Electrónico desde un nuevo formato, que como órgano de difusión de los proyectos, experiencias e intercambios de la Asociación Otras Memorias se constituya como un espacio más de encuentros de diferentes itinerarios, discursos y prácticas de enseñanza, investigación y divulgación. Se trata de una publicación semestral, pensada desde y para el aula a partir de artículos de investigación, entrevistas, reseñas de libros, presentación de materiales didácticos, fuentes, archivos y fondos documentales. Como así también de actividades, talleres y congresos en relación a la memoria, la Historia Oral y la construcción del conocimiento histórico y espacio de sociabilización de la Asociación Otras Memorias.

Aquí el boletín http://www.otrasmemorias.com.ar/archivos/noticias/211/Bol.%20OM%205.pdf

Cronograma del 13er Encuentro de Jovenes Investigadores (7-9 de Octubre de 2015, Santiago del Estero, Argentina)

Se va a realizar en la Biblioteca Sarmiento de Santiago del Estero, calle Libertad 674

La inscripción se realiza durante las jornadas del EJI, en la mesa de acreditaciones. Costos de Inscripción según categoría de participación:
– Expositor: $250
– Asistente: $100

– Estudiante de grado expositor: $120
– Estudiante asistente: $50

¿Por qué estudiamos historia? Cinco razones y una reflexión

No hay semana de clases en que no me enfrente a la siguiente frase: «Profe, ¿de qué me va a servir a mí saber cómo se creó la escritura, o cómo se expandieron los romanos, o cuáles fueron las características de la Edad Media?». Un profesor de Historia con un mínimo de experiencia estará ya preparado para ese tipo de preguntas. La respuesta más obvia es la siguiente:«Estudiamos historia para no repetir los errores del pasado».
Sí, pero a veces nuestros alumnos no son capaces de interiorizar del todo esa respuesta, sobre todo si nos encontramos estudiando la Antigua Grecia o la Alta Edad Media, etapas históricas lejanas en el tiempo cuyas consecuencias no son tan evidentes en nuestro presente (como sí lo son la Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial). Aquí van algunas de las mejores respuestas a la pregunta de por qué estudiamos historia, a la que cualquier profesor de Historia se enfrentará alguna vez en sus clases:

¿Por qué estudiamos Historia?

Razón 1: Porque aprendemos cómo eran las cosas en el pasado

¿Os habéis preguntado alguna vez cómo era la vida antes de que existieran los ordenadores? ¿Cuándo comenzó a habitarse tu pueblo? ¿Qué pasaba antes de que ir al colegio fuese obligatorio por ley? ¿Qué estarías haciendo ahora si vivieras en el pasado? ¿Por qué celebramos el Carnaval o la Semana Santa? ¿Por qué tenemos castillos, murallas o grandes piedras colocadas en vertical?

Razón 2: Porque nos convierte en personas mejor informadas

Estudiando historia comenzaremos a comprender las referencias históricas que aparecen por doquier, desde una película de Hollywood hasta un capítulo de Los Simpsons.
¿Te suenan algunas de estas imágenes? Los Simpsons están plagados de referencias históricas. En este artículo puedes visitar algunas de ellas: 15 momentos en que Los Simpsons quisieron emular la historia.


Razón 3: Porque así conoceremos más cosas sobre lo que sucede en el mundo

Por qué hay ahora una crisis de refugiados en Siria. De dónde viene eso. Por qué Corea del Norte es el país más hermético del mundo. Por qué Cuba ha estado bloqueada internacionalmente por Estados Unidos desde hace medio siglo. Por qué los españoles y los franceses no nos llevamos muy bien (y no sólo en los deportes). Y muchos etcétera.Estudiar historia nos ayudará a comprender algunos de los porqués del presente.
Sirios emigrando en el contexto actual de crisis de los refugiados sirios.
Estudiar historia nos ayudará a comprender y a recordar que el problema actual de la crisis de los refugiados sirios, por ejemplo, no es nuevo, que los europeos ya tuvimos que emigrar en masa, a otros lugares, huyendo de la crisis (crack del 29), de la guerra (Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial) o por cuestiones políticas (Guerra Fría).

Razón 4: Pone en práctica habilidades que necesitamos para otras materias

Como escribir respuestas y redacciones detalladas, elaborar buenos argumentos y usar diferentes fuentes para construir nuestro propio trabajo. Las ventajas de estudiar historia se notarán en materias como Lengua y Literatura, Ciencias Naturales, Filosofía, etc.

Razón 5: Porque nos permite aprender a pensar

Y por último, la razón que más me gusta y que considero un poco más importante de las anteriores. Estudiar historia nos capacita para hacernos preguntas y extraer conclusionesa partir de indicios disponibles. Podremos juzgar, en la medida de lo posible, las decisiones que otros tomaron en el pasado y que afectaron a miles o a millones de personas, y pensar qué podría ocurrir en casos en que lo actual se presente como algunos momentos del pasado. Porque el pasado es una rueda de molino que siempre vuelve.

El conocimiento nos hará libres

«El conocimiento nos hará libres» no es una frase mía,
sino del filósofo Sócrates, quien defendía la
importancia del saber para luchar contra la ignorancia.
Hoy en día parece que las asignaturas de humanidades están cada vez más arrinconadas, porque «la moda» es priorizar las asignaturas quizá más prácticas para el día a día. Quizá el error radica en lo que todos pensamos que es el hecho de estudiar historia. Esta materia no tiene como objetivo el convertir a los estudiantes en grandes jugadores de Trivial, o en loros que aprenden a base de repetición y olvidan más rápido aún. Mi lucha particular como profesor de Historia es la de que mis alumnos no memoricen, sino que “piensen históricamente” y, que, por tanto, entiendan. Esta asignatura no sirve para almacenar conocimiento como si fuésemos un lápiz USB. Como ya hemos visto, ¡estudiar historia tiene una importancia capital! Sirve para comprender todo cuanto nos rodea: cómo la civilización ha evolucionado hasta hoy, por qué el mundo es como es, cuál es la razón de los conflictos, el nacimiento de las culturas o de los países. Sin historia, crearíamos jóvenes sin pasado y sin pensamiento crítico.

¿Y cuál es la razón última de estudiar esta materia? Desarrollar en los estudiantes un espíritu crítico; es decir, la capacidad para tener una opinión propia sobre acontecimientos o procesos históricos y poder defender vuestras ideas. Y con una idea original (es decir, vuestra) en la cabeza nadie podrá coaccionaros, ni manipularos, ni manejaros como a títeres. Y sólo así seréis libres. Porque el fin último de la educación es el de crear personas libres. Nunca lo olviden.

7 días para el cierre de la convocatoria al número 2

Cuno Amiet – Apfelernte

Les recordamos que el 30 de septiembre estará cerrando la convocatoria para la recepción de artículos, reseñas críticas y transcripción de documentos para el número 2 de Revista Historia para Todos, si están preparando algo, pueden leer nuestras NORMAS EDITORIALES y mandarlo a revistahistoriaparatodos@gmail.com

¡Esperamos sus artículos!

Lanzamiento: Historia del Catolicismo en la Argentina entre el siglo XIX y el XX de Miranda Lida

También no queríamos dejar de comentarles acerca del lanzamiento de «Historia del catolicismo en la Argentina entre el siglo XIX y el XX» de la investigadora argentina Miranda Lida, miembro del comité de la revista a quien también hacemos una extensiva felicitación por esta nueva publicación.

Lanzada por Siglo XXI Editores a comienzos de septiembre, se puede conseguir en los locales de El Ateneo, sino comprar por internet a traves de la EDITORIAL o TEMATIKA

Pude conseguirlo y realmente es un libro muy interesante, documentado de forma excelente y con un análisis bastante importante acerca del catolicismo en el territorio nacional.

Sinopsis de la editorial

Miranda Lida propone una amplia reconstrucción histórica del catolicismo en la Argentina entre el Concilio Vaticano I, en 1870, y los vientos renovadores del Concilio Vaticano II, iniciado en 1962. Con notable versatilidad, explica su inserción en los procesos políticos, sociales y culturales, y a la vez revela sus lazos con el mundo y con una modernidad en la que el progreso se instala en el lugar antes ocupado por la fe.

Hasta los años treinta del siglo XX priman en la iglesia la búsqueda de la integración institucional y la nacionalización, y las fricciones con un estado que había impuesto leyes laicas. Así, la jerarquía eclesiástica intenta dar unidad al disperso y plural mundo de los fieles con la creación de la Acción Católica, entre otras iniciativas. Ante el desafío de la nueva política democrática, exhibe su capacidad para organizar movilizaciones de masas y desarrolla influyentes centros de estudios, editoriales y revistas. Frente al peronismo, con el cual compite, impulsa las ramas juveniles, moderniza el culto y la tarea misional, mientras desplaza sus consignas, de la caridad a la justicia social.

Culminando una larga investigación, Miranda Lida presenta un relato sugestivo y original del mundo católico, la iglesia y sus laicos, y de su lugar en un período de la historia argentina signado por la democratización y las batallas culturales e ideológicas. Esta madura síntesis será la referencia obligada para quienes quieran conocer o avanzar en la investigación de un tema tan importante como apasionante.
Luis Alberto Romero

Lanzamiento: España imaginada. Historia de la invención de una nación de Tomás Pérez Vejo

Desde Revista Historia para Todos queremos felicitar al investigador (y miembro del comité de nuestra revista), Tomás Pérez Vejo por el lanzamiento de su nuevo libro «España imaginada. Historia de la invención de una nación».

El mismo puede comprarse online a través de GALAXIA GUTENBERG o CASA DEL LIBRO

Sinopsis de la editorial

Pocos debates han agitado tanto la vida política española de las últimas décadas como el que tiene que ver con el problema de la nación, España nación de naciones, Estado plurinacional, derecho a decidir… Una interminable polémica en la que tópicos y creencias han ocupado casi siempre el lugar de los argumentos y las ideas. Las naciones no son realidades objetivas intemporales sino construcciones imaginarias de origen relativamente reciente, en realidad poco más que la fe en un relato. El objetivo de España imaginada es reconstruir, analizar y explicar cómo se construyó este relato en el caso de una de ellas, la española, no en el campo de la política sino en el de la cultura. El Estado-nación, uno de los grandes artefactos de la modernidad, es una construcción política en cuanto Estado pero cultural en cuanto nación. El eje discursivo son las decenas de imágenes, cuadros de historia, propiciadas y tuteladas por el Estado con las que se construyó un relato iconográfico, de una cierta belleza poética, que (de)mostraba la existencia de una nación intemporal cuyo origen se perdía en la noche de los tiempos. No se trata de un libro de historia del arte sino de historia política en el sentido más estricto del término. Las imágenes se utilizan no como objetos estéticos susceptibles de explicación sino como vestigios de un complejo proceso político que permitió transitar de un Estado-imperio a un Estado-nación, uno de los fenómenos más fascinantes y revolucionarios del nacimiento de la modernidad política en Occidente.

AQUÍ pueden ver la portada y contraportada del libro

Con el permiso de Tomás Pérez Vejo pueden leer el primer capitulo del libro desde AQUÍ

Cerrarán la tumba de Tutankamón para restaurarla

El faraón, muerto con apenas 19 años en 1324 AC tras un breve reinado de nueve, es conocido del gran público por el tesoro excepcional encontrado en su bóveda funeraria, en particular su máscara mortuoria en oro macizo, con un peso de 11 kilos, incrustada de lapislázulis y piedras semipreciosas.

Las autoridades decidieron restaurar la tumba descubierta en 1922 por el arqueólogo británico Howard Carter para “preservarla y protegerla”, puesto que constituye “uno de los monumentos arqueológicos más importantes de Egipto, explicó el ministro de Antigüedades, Mamduh al Damati, en un comunicado.

“La momia del rey Tutankamón será transferida a una sala secundaria de la tumba para preservarla”, según un alto responsable del ministerio, Mohamed Afifi.

Los trabajos de restauración, cuya duración no fue revelada, comprende sobre todo la instalación de un nuevo suelo en la tumba.

En enero, la prensa había revelado una burda restauración de la máscara funeraria del faraón -expuesta en el Museo de El Cairo- para la que se utilizó cola, cuyos restos podían verse claramente, para pegar la simbólica barba del soberano que se había roto accidentalmente.

Luxor, una ciudad de medio millón de habitantes a orillas del Nilo, es un museo a cielo abierto donde abundan templos y tumbas del antiguo Egipto.

Fuente

La muerte y los rituales funerarios en la Edad Media

Source: La muerte y los rituales funerarios en la Edad Media

La Edad Media ha sido vista casi siempre como un período de gran oscuridad, decadencia y atraso. Si bien la historiografía más actual ha hecho verdaderos esfuerzos por imponer una visión menos negativa del Medievo, haciendo alusión a los avances y logros que tuvieron lugar, es innegable que durante este extenso período la violencia endémica, las hambrunas generalizadas y las enfermedades hicieron prácticamente inviable que la población de entonces gozara de una vida longeva.

Aunque no era diferente a otras épocas anteriores, durante la Edad Media la esperanza de vida era realmente corta y la muerte de los infantes era algo muy común. A las continuas guerras, que arrasaban campos, ciudades y núcleos poblacionales, se le sumaban tanto las malas cosechas como las enfermedades, siendo especialmente adversa la Peste Negra que asoló Europa durante el siglo XIV. La muerte, siempre presente sin diferenciar estamentos, inspiraría numerosas representaciones artísticas y obras literarias en donde, en algunos casos, se intuía el temor por las almas de los difuntos y una exacerbada preocupación por lo que se creía el “Más Allá”.

A pesar de que el cristianismo intentó extinguir algunasantiguas tradiciones paganas relacionadas con los rituales en torno a la muerte, cuando ello no fue posible las adquirió, siendo especialmente imperecederas en las zonas más rurales. Pero, ¿en qué consistían esas supersticiones y tradiciones, ya cristianizadas, que se mantuvieron durante la Edad Media y que estaban ligadas íntimamente con la muerte? ¿Evolucionaron? ¿Han llegado hasta la actualidad o han caído completamente en desuso?

Aunque no tenemos muchos detalles, cuando una persona moría, era práctica común que los familiares y amigos más directos del fallecido, iniciaran el tratamiento para preparar el cadáver. Según las posibilidades con las que se contaba, el cuerpo sin vida era lavado concienzudamente con agua o vino, siendo además algo común cerrar los ojos del cadáver, tapar sus fosas nasales y atar con un cordel o rosario los dedos gordos de pies y manos. Dado el miedo que se tenía a las ánimas en pena, la creencia pagana de que, realizando estas acciones, se imposibilitaría el regreso del alma del fallecido a su cuerpo terrenal fue tomando fuerza paulatinamente.

Posteriormente el cuerpo limpio del muerto era vestido con las prendas más ricas o mejor conservadas que el difunto tuviera en vida, siendo primordial el estatus que poseía el difunto antes de su muerte. En el caso de los fallecidos más poderosos, los cuerpos podían ser adornados con alguna joya valiosa que les hubiera pertenecido, mientras que aquellos con menos posibles y de un estamento inferior podían ser honrados con algún elemento decorativo que fuera identificativo de su persona. Una vez listo, el cuerpo era envuelto en un sudario o en un tejido lo suficientemente extensocomo para cubrir al fallecido, siendo la tela cosida o unida con agujas para facilitar la ruptura de los lazos entre el cuerpo y el alma del difunto.

Preparado el cuerpo y siendo depositado en alguna estancia para ser velado, se anunciaba a la comunidad, a través del toque de campanas, que era el momento de asistir a la vigilia. Con una presencia cada vez mayor de sacerdotes e individuos vinculados a alguna orden religiosa, era de obligado cumplimiento hacer una visita al fallecido y a su familia, ya que la mentalidad medieval entendía que el muerto debía ser objeto de respeto. Los bailes alrededor del fallecido, los cantos no religiosos y los banquetes que tanta presencia tuvieron en el pasado empezaron a entenderse durante la Baja Edad Media como prácticas innecesarias que, con el tiempo, pasaron a estar prohibidas y penadas por la Iglesia. La vigilia se convirtió en una ceremonia en donde el dolor y los lloros fueron sustituidos por la dignidad, el silencio y las oraciones. Se creía que sólo así podría ayudarse al “tránsito” del difunto, que tal vez podía estar atrapado entre dos mundos.

Pasadas unas horas se ponía en marcha el cortejo fúnebre que acompañaría el difunto hasta el lugar en el que el cuerpo descansaría. Dicho cortejo estaba habitualmente formado por los familiares y amigos del difunto, pero dependiendo de la condición y posición del fallecido, podían unirse mendigos o vecinos de baja extracción social que pudieran atestiguar la generosidad que en vida tuvo el desaparecido. También era común la presencia de las llamadas plañideras que acompañaban durante el trayecto al difunto con sus lamentos, y si bien fue una figura que se intentó suprimir a través de férreas prohibiciones eclesiásticas, siguieron vigentes hasta mucho después. Por otra parte, durante la Baja Edad Media el séquito que acompañaría el cuerpo comenzó a estar compuesto por las personas que el propio muerto quería que estuvieran presentes, ya que se popularizó la costumbre de fuese el propio fallecido quien, como uno de sus últimos deseos, dispusiera cada una de las pautas a seguir durante todo momento después de su muerte.

Aunque en momentos de extremada gravedad, especialmente ante una epidemia, se prefería la cremación de los cuerpos de los afectados para eliminar el peligro del contagio, la práctica funeraria más habitual durante el Medievo fue la inhumación. Si bien durante mucho tiempo fue habitual enterrar los cadáveres extramuros de la ciudad o en las cercanías de una colina, comenzó a ser cada vez más común enterrar a los fallecidos cerca de un lugar sagrado, o directamente en el interior de alguna iglesia o capilla, en el caso de tratarse de alguien de la nobleza o con una posición económica privilegiada. Se pensaba que durante el Juicio Final las almas regresarían a sus cuerpos terrenales para ser juzgados por sus actos, por lo que era menester no incinerarlo y optar por enterrar el cuerpo en un lugar en donde el demonio y ninguna otra fuerza maligna pudieran apoderarse de él.

Durante la Alta Edad Media el cuerpo era colocado directamente en un foso excavado en la tierra junto a ofrendas y algunas pertenencias terrenales del difunto, pero durante la Baja Edad Media las tumbas, otrora sencillas y carentes de inscripciones, pasaron a adornarse con motivos religiosos y elementos más elaborados. Al mismo tiempo que se generalizaba el uso de ataúdes de madera y lápidas en donde se escribía el nombre del difunto, entre el estamento nobiliario y la realeza las tumbas fueron ganando en esplendor y riqueza, colocándose figuras yacientes sobre la lápida muy detalladas que simbolizaban la riqueza y predominancia social que tuvo el individuo en vida.

Como bien hemos comprobado el cambio de mentalidad favoreció en pleno Medievo que fueran modificándose algunos rituales funerarios muy antiguos, y aunque es cierto que se fueron adoptando otras, hay costumbres relacionadas con la muerte que en la actualidad se mantienen prácticamente intactas.

Vía| Ariès P. (2000). Historia de la muerte en Occidente: desde la Edad Media hasta nuestros días, Acantilado, Barcelona; Paxton, F. (1990). Christianizing Death. The Creation of a Ritual Process in Early Medieval Europe, Conrell University Press.

Noticias de la Revista: nuevas referencias

No queríamos dejar de contarles una gran sorpresa para nosotros, hace un tiempo lo estuvimos gestionando pero finalmente salió. Hemos sido indexados al repositorio digital de la biblioteca de la Universidad de Ratisbona (Universität Regensburg) en Alemania.

Es una noticia que nos reconforta y nos permite conocer el interés que despierta nuestro proyecto

ELECTRONIC JOURNALS LIBRARY

También queríamos agradecer a la biblioteca del Museo Mitre por habernos añadido en sus referencias en línea de revistas electrónicas.

REFERENCIAS EN LINEA

Estamos eternamente agradecidos a todos los que visitan diariamente nuestra web, a aquellos que participan con sus comentarios y hacen sus aportes para los números de la revista, agradecemos también a los evaluadores de este proyecto tanto de la revista como externos que nos ayudan con cada convocatoria. A todos, muchisimas gracias

Efemerides: Hace 45 años fallecía el guitarrista Jimi Hendrix

Un día como hoy fallecía el guitarrista de rock James Marshall Hendrix mejor conocido como Jimi Hendrix. Ese hombre que supo hacerle, como dice Pete Townshend, el amor a la guitarra. Con movimientos brutales sobre el escenario, sumamente tímido fuera de él, este maestro de la guitarra sigue estando tan vigente en el mundo de la cultura musical bajo el legado de sus incendiarias seis cuerdas que interpretaron canciones como Purple Haze

Calle Nueva York: sumergida en el olvido a pesar del prometido rescate

Abarca seis cuadras, en Berisso; en 2005 la declararon lugar histórico, pero todavía no fue recuperada; tuvo su apogeo cuando funcionaban los frigoríficos Armour y Swift; ahora proliferan las casas tomadas

Por Agustina Mac Mullen  | LA NACION

Una calle. Eso es lo que hay. En Berisso, unos 60 kilómetros al sur de la Capital, hay una calle que hace diez años fue declarada lugar histórico. Se llama Nueva York: son seis cuadras adoquinadas con viviendas de chapas, conventillos y pasillos oscuros. Se parece a Caminito, pero sin colores ni turistas, en La Boca. Ésta es gris y el vaho cloacal inunda todo.

A metros del Puerto La Plata está este sitio golpeado por el olvido, a pesar de que hace diez años el decreto presidencial 735 resolvió que la calle Nueva York, desde Valparaíso hasta Alsina, es un lugar histórico nacional. En el texto del decreto, publicado en el Boletín Oficial, dice que tuvo su auge en 1930 -con los frigoríficos Armour y Swift como imán de fuerza de trabajo obrera-, que fue la «más cosmopolita de la provincia de Buenos Aires» y que «es un ejemplo de tipologías arquitectónicas de fines del siglo XIX y principios del XX».

 
La entrada a la antigua casa de los obreros en la calle Nueva York. Foto: Santiago Hafford
 

Hoy, por una puerta de madera agrietada que alguna vez fue el ingreso a una pensión obrera, sale una mujer a barrer la vereda: «Me mudé acá -dice- porque usurparon mi casa cuando estuve internada». María Rechifort, 56 años, no parece estar enojada. Su antigua vivienda queda a tres cuadras; ahora vive en esta pieza oscura, con manchas de humedad y techos rotos, pero ella sonríe.

En el barrio es común escuchar que alguien le tomó la casa a otro. Se corre la voz de que los inmuebles fueron abandonados por sus dueños o que éstos murieron. La gente los ocupa, los hereda de palabra o compra sus llaves por 10.000 pesos, sin firmar contrato. Pagan el precio de estar atrapados en una zona de nadie.

A comienzos del siglo pasado la Nueva York bullía: fue cuando los inmigrantes llegaron como mano de obra industrial. Sin dinero, pero con la garantía de un proyecto, construyeron sus vidas en torno a estas seis cuadras, a metros de los frigoríficos. Era el camino obligado que hacían unos 18.000 empleados para llegar a Swift y a Armour. Trabajaban por turnos, de modo que en las pensiones les alquilaban camas por hora. La calle nunca dormía.

 
Uno de los 120 locales que funcionaron en el antiguo barrio fabril. 

Hasta que, entre fines de los 60 y comienzos de los 80, los frigoríficos cerraron. El Armour fue demolido y, en lo que había sido el Swift se asentaron fábricas, aserraderos. La gente comenzó a sobrar. Unas se fueron y, las menos, se quedaron. Luego llegaron otras: migrantes de zonas aledañas que no tenían un techo y sabían que acá había viviendas precarias para ocupar.

Ahora viven ahí 4000 personas. Una de ellas es Santiago Rodríguez, de 53 años, El Tucu. Vino de Tucumán hace 50 años para buscar algo mejor y encontró la Nueva York en sus últimos años de esplendor. La vio caer, pero se quedó. «Ésta era una mansión de obreros. Acá había una usina. Allá, una panadería. En la esquina, un conventillo. Enfrente, una fonda griega. En ese baldío, un cine, que fue demolido. Y en el fondo, los vicios: burdeles y casas de juego», enumera. Todo está cerrado con cadenas y candados.

De todo eso ya casi no queda nada. El Tucu señala un charco en la calle: son las cloacas que, si llueve, rebalsan. Se detiene frente a una construcción vieja, en la esquina de Marsella y Nueva York. «Te voy a mostrar las reliquias del barrio», promete. Entonces abre el bar que regentea: es el antiguo Dawson, fundado en 1918 por el inglés Tomás Guillermo Dawson, hoy bautizado Raíces. Adentro hay un mostrador, mesas y sillas de madera, y un escenario donde tocan bandas.

El bar tuvo otros regentes: el más recordado, quizá, sea el padre del actor Lito Cruz. «Ayudaba a mi viejo. Como no llegaba al mostrador, me paraba en un banquito para atender. En el 70 lo vendimos», dice Cruz. Ahora apadrina un proyecto más ambicioso: inaugurar un teatro frente al bar, futura sede del Grupo Comunitario de Berisso. La compra del terreno y la construcción de la sala son subsidiadas por el Ministerio de Infraestructura bonaerense.

De la revalorización prometida cuando la calle se declaró lugar histórico sólo se hizo el readoquinado y se restauró la Escuela N° 9, informaron fuentes de la municipalidad de Berisso. También dijeron que en junio se abrieron los sobres de la licitación para la «reparación de las veredas, la instalación de desagües pluviales y la reconexión de los hogares a la red cloacal», en el que se prevé invertir $ 6.192.206. Por ahora, todo sigue siendo igual de gris.

A 16 días del cierre de la convocatoria les recordamos

Les recordamos que el próximo 30 de septiembre estaremos cerrando nuestra convocatoria para el nº2

de la revista, recepcionamos artículos de historia general, historia de Tucumán, reseñas críticas y transcripciones de documentos. ¡Esperamos sus artículos!

Para más info, pueden ver el siguiente post AQUI

También les recordamos que tendremos abierta hasta el primero de diciembre la convocatoria a nuestro primer dossier de Historia Oral. Mas info AQUI

Las ruinas halladas en Roma replantean la estructura de la capital del imperio

Las ruinas halladas en Roma replantean la estructura de la capital del imperio
Los restos de una casa romana del siglo VI a.C. encontrados en el centro de Roma, en la colina del Quirinal, obligarán a cambiar la idea que se tenía de la estructura y el desarrollo de la Roma urbana antigua.

Fuentes de la Superintendencia para los Bienes Culturales de la capital, responsable de las excavaciones, explicaron hoy a Efe que la importancia del descubrimiento reside en cómo se conservan los restos, ya que «es la primera vez que en el centro de la ciudad se encuentran ruinas del periodo arcaico en este estado».
La otra novedad de este hallazgo es que «esta casa surgía en una zona en la que anteriormente se pensaba que solo había sepulcros».
El comunicado oficial coincide con que estas ruinas «inducen a revisar las reconstrucciones históricas de la evolución de Roma entre el siglo VI y el V siglo a.C.», ya que «testimonian la extensión de la zona habitada en un área de Roma que antes se creía destinada exclusivamente a uso funerario».
Además, desde la Superintendencia informaron de que los restos de la Roma monárquica, anterior a la republicana, son mucho más escasos, y los consideró «uno de los restos más valiosos» que han descubierto.
«Una cosa como esta nunca la habíamos encontrado» en Roma, añadieron.
Las ruinas se descubrieron en los últimos meses durante las excavaciones de la Superintendecia, que considera que los materiales encontrados en esa vivienda pertenecen a la primera mitad del VI siglo a. C.
Concretamente, las ruinas de las habitaciones romanas yacen en el interior del Palacio Canevari, antigua sede del Instituto Geológico italiano.
Los objetos hallados en el yacimiento «indicarían una finalidad doméstica», mientras que «la zona elevada, las dimensiones, el plano y la técnica constructiva plantean la hipótesis de que perteneciera a una familia de rango».
Las habitaciones habría sido abandonadas, según el comunicado, en la segunda mitad del mismo siglo VI a. C., para destinarlas a «un nuevo uso» de la zona, en la que se construiría otra parte del templo adyacente.
En la zona cercana a la casa, se descubrió en 2013 un templo monumental datado en el siglo V a. C..
El Superintendente de los bienes culturales de Roma, Francesco Prosperetti, auguró que «a la conclusión de las excavaciones se pueda proceder a la lectura y al disfrute de este extraordinario descubrimiento».