La biblioteca digital Trapalanda – perteneciente a la biblioteca nacional Mariano Moreno de Argentina – ha digitalizado gran parte de la mítica revista Sur.
La misma fue una revista literaria surgida en 1931 de la mano de Victoria Ocampo y por la cual pasaron los escritores más renombrados de esa época: Borges, Bioy Casares, Lorca, Nabokob, entre tantos otros.
Se hace necesario resaltar la fantástica labor que hace a Trapalanda un sitio obligado para visitar y descubrir, en cada rincón, un pedazo de historia nos habla.
A continuación les dejamos el link, los números pueden verse online y descargarse
Hoy le traemos en audio la presentación del nº2 de la Revista en el Archivo Historico de Tucuman, en diciembre del 2015.
Fue grabada de una netbook que estabamos utilizando, tratamos de mejorar el audio. No está en muy buena calidad pero deseabamos compartirlo con ustedes.
¡Buenos días a todos! Volvimos de nuestro descanso y queremos recordarles que sigue abierta nuestra convocatoria al nº3 de la revista. Les agradecemos infinitamente que nos ayuden con la difusión.
¡Buen día a todos! Les escribimos para contarles que nos vamos de vacaciones unos días, el 25 vamos a estar de vuelta con nuevas publicaciones. Mientras, pueden explorar nuestra web para ver las revistas, la convocatoria y nuestras imprescindibles herramientas
Este archivo fue creado en el marco de los proyectos de investigación UBACYT “Polémicas estéticas e ideológicas
en revistas culturales de izquierda” y “Cercanías: literatura argentina y publicaciones periódicas” dirigidos por Sylvia Saítta.
Un grupo de docentes e investigadores, formados en la Universidad de Buenos Aires, en las áreas de letras, historia y comunicación trabajaron para poner a disposición- en la web- de los lectores, material que muchas veces puede resultar de difícil acceso.
El equipo de AHIRA, web en permanente construcción, está compuesto por Diego Cousido, Magalí Andrea Devés, Alejandrina Falcón, Martín Greco, Sebastián Hernaiz, Marcelo Méndez, Soledad Quereilhac, Ana Lía Rey, Claudia Roman y Sylvia Saítta.
La valiosa propuesta excede al estudiante y/o académico interesado en el tema sino que también invita a todo curioso a pasar revista por parte de la historia, literatura y periodismo de nuestro país.
El Imperio británico ya había abolido la trata de esclavos -en 1807-, pero aún no la esclavitud; no obstante, los activistas se horrorizaron con la manera en la que trataban a a la mujer en Londres.
LUNES 11 DE ENERO DE 2016 • 08:33
Hace dos siglos, Sarah Baartman murió tras pasar años apareciendo en ferias de fenómenos humanos europeas. Ahora, el rumor de que posiblemente su vida inspire una película de Hollywood está generando una polémica.
Sara Baartman falleció el 29 de diciembre de 1815, pero el show continuó.
Su cerebro, esqueleto y órganos sexuales siguieron exhibidos en un museo de París hasta 1974. Sus restos no fueron repatriados y enterrados por 187 años. Sólo llegaron a su último lugar de reposo en 2002.
Fue llevada a Europa aparentemente bajo falsas pretensiones por un doctor británico; le dieron el nombre artístico de «la Venus Hotentote» y la convirtieron en una atracción circense en Londres y París, donde se invitaba a las multitudes a observar su enorme trasero.
Hoy en día es considerada por muchos como el epítome de la explotación y el racismo colonial, de la cosificación y ridiculización de las personas negras.
Rumores
Recientemente, empezó a correr el rumor de que la artista Beyoncé está planeando escribir y protagonizar una película sobre Baartman.
A pesar de que los representantes de la cantante han negado que sea cierto, el mero murmullo ha sido suficiente para provocar preocupación.
Jean Burgess, jefe del grupo Khoikhoi -la etnia del África del sudoeste de la que provenía Baartman- argumentó que Beyoncé no cuenta con «la dignidad humana básica para ser digna de escribir la historia de Sara, menos aún para interpretarla».
Sin embargo Jack Devnarain, presidente del Sindicato de Actores de Sudáfrica, declaró que los cineastas tienen «derecho a contar la historia de personas que les parecen fascinantes y tenemos que cuidarnos de oponernos a eso».
Incluso al negar cualquier vínculo con una película, el representante de Beyoncé dijo: «Esta es una historia importante que debe ser contada».
La historia
A los 21 años ya había perdido a todos sus seres queridos y viajó a Inglaterra..Foto:SPL
La vida de Baartman estuvo plagada de penurias. Se cree que nació en la Provincia Oriental del Cabo de Sudáfrica en 1789.
Su madre murió cuando ella tenía dos años y su padre, un arreador de ganado, falleció cuando ella era adolescente.
Empezó a trabajar como empleada doméstica en Ciudad del Cabo luego de que un colono holandés asesinó a su pareja, con quien había tenido un bebé que murió.
En octubre de 1810, a pesar de ser analfabeta, supuestamente firmó un contrato con el cirujano inglés William Dunlop y el empresario Hendrik Cesars, en cuyo hogar trabajaba, el cual decía que viajaría a Inglaterra para aparecer en espectáculos.
La atracción
La Venus de las nalgas bellas o las curvas de una mujer »esteatopígica» ¿Simple cuestión de gustos?.
Si bien el contrato siempre ha estado en duda, lo que sí es cierto es que cuando fue exhibida en un establecimiento en Piccadilly Circus, en Londres, causó fascinación.
Y lo que hacía que Baartman cautivara a tantos: sus nalgas, las cuales eran extremadamente protuberantes.
«Hay que recordar que, en esa época, los traseros grandes eran muy deseables y estaban muy de moda, así que muchas personas envidiaban lo que ella tenía naturalmente, sin tener que acentuar su figura», subraya Rachel Holmes, autora de «La Venus Hotentote: la vida y muerte de Saartjle Baartman».
Su gran atractivo se debía a una característica genética llamada esteatopigia, por la que se acumula gran cantidad de grasa en las nalgas, que es más frecuente en mujeres y particularmente entre las de origen africano.
La misma palabra ‘esteatopigia’ es motivo de debate. Hay quienes la consideran racista pues sugiere que si una mujer tiene el trasero grande y es negra, sufre de una enfermedad.
En contraste, para los traseros más pequeños la palabra es ‘calipigia’, y la referencia es la Venus Calipigia -que significa «la Venus de las nalgas bellas»- una estatua romana de un mármol muy blanco.
Toda una Venus
En el espectáculo, Baartman vestía ropa ajustada y del color de su piel, cuentas y plumas, y fumaba una pipa.
Clientes acaudalados podían pagar por demostraciones privadas en sus hogares, en las que estaba permitido que los invitados la tocaran.
Los promotores de Baartman la apodaron la «Venus Hotentote» pues en esa época ese era el término que usaban los holandeses para describir a los khoikhoi y a los san, los principales miembros de un importante grupo poblacional africano, los khoisan o joisán.
Hoy en día, el término ‘hotentote’ es considerado como despectivo.
En el show, usaba plumas e interpretaba instrumentos musicales..Foto:THINKSTOCK
¿Libre o asustada?
En ese entonces, el Imperio británico ya había abolido la trata de esclavos -en 1807-, pero aún no la esclavitud.
No obstante, los activistas se horrorizaron con la manera en la que trataban a Baartman en Londres.
Sus jefes fueron procesados judicialmente por retener a Baartman contra su voluntad, pero fueron declarados inocentes, y la misma Baartman testificó a su favor.
«Queda la duda de si Baartman fue forzada, como los defensores de la abolición y los activistas humanitarios alegaban, o si actuaba en su propio libre albedrío», apunta el historiador Christer Petley, de la Universidad de Southampton, Inglaterra.
«Si la estaban obligando a trabajar, es posible que se hubiera sentido demasiado intimidada como para decir la verdad en la corte. Nunca lo sabremos».
«El caso es complejo y la relación entre Baartman y sus jefes definitivamente no era igualitaria, incluso si ella tenía alguna libertad para elegir o si sintiera que podía ganar algo con sus actuaciones».
El camino a París
París fue su segundo y último destino en Europa..Foto:Getty
Holmes señala que el show de Baartman incluía danza e interpretación de varios instrumentos musicales, y asegura que una audiencia «sofisticada» en Londres -una ciudad en la que las minorías étnicas no eran raras-, no se habrían detenido a mirarla por mucho tiempo sólo por su raza.
En cualquier caso, tras el juicio, el show de esta Venus africana fue perdiendo gradualmente su novedad y popularidad entre el público capitalino, así que salió de gira por Gran Bretaña e Irlanda.
En 1814 se fue a París con Cesars y volvió a convertirse en una celebridad, que tomaba cocteles en el Café de París y asistía a las fiestas de la alta sociedad.
Cesars se devolvió a Sudáfrica y Baartman cayó bajo la influencia de un «exhibidor de animales», cuyo nombre artístico era Reaux.
Tomaba y fumaba sin tregua, y -según Holmes- «probablemente fue prostituida» por él.
«Grotesco»
Eventualmente, Baartman aceptó ser estudiada y pintada por un grupo de científicos y artistas, pero se rehusó a aparecer completamente desnuda frente a ellos.
Argumentaba que eso estaba por debajo de su dignidad; nunca lo había hecho en sus espectáculos.
Fue en ese período en el que empezó el estudio de lo que se llegó a llamar «racialismo», señala Holmes.
Baartman murió cuando tenía 26 años de edad.
La causa fue descrita como «una enfermedad inflamatoria y eruptiva». Desde entonces se ha dicho que era resultado de una neumonía, sífilis o alcoholismo.
El naturalista Georges Cuvier, quien bailó con Baartman en una de las fiestas de Reaux, hizo un modelo de yeso de su cuerpo antes de disecarlo.
Además, preservó su esqueleto, puso su cerebro y sus órganos genitales en frascos, que permanecieron expuestos en el Museo del Hombre de París hasta 1974, algo que Holmes describe como «grotesco».
Funcionarios franceses y sudafricanos posan al lado del modelo de yeso de Baartman..Foto:AP
De vuelta a casa
«La dominación de los africanos fue explicada con la ayuda de la ciencia, estableciendo que los joisán eran el grupo menos noble en la progresión de la humanidad», escribió Natasha Gordon-Chipembere, editora de «Representación y feminidad negra: el legado de Sara Baartman».
Tras su elección en 1994 como presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela solicitó la repatriación de los restos de Baartman y el modelo de yeso hecho por Cuvier.
El gobierno francés eventualmente aceptó y lo hizo en 2002.
En agosto de ese año, sus restos fueron enterrados en la provincia donde Baartman nació, 192 años después de que saliera con destino a Europa.
Varios libros han sido publicados sobre la manera en la que fue tratada y su trascendencia cultural.
«Se ha convertido en el paisaje sobre el que se desarrollan múltiples narrativas de explotación y sufrimiento de la mujer negra», escribió Gordon-Chipembere, quien opina que, en medio de todo eso, Baartman «la mujer, permanece invisible».
Como es de público conocimiento, en estos momentos se está llevando a cabo
una revisión del personal que integra la planta de trabajadores del Estado.
En el caso del Archivo General de la Nación, un organismo que
históricamente ha ocupado lugares secundarios en las agendas oficiales, la
situación es de extrema gravedad.
Muchos de los ingresos de personal de los últimos años fueron gestionados a
través de contratos con financiación del Programa de Desarrollo de Naciones
Unidas (PNUD), y otros a través de Universidades.
Esto hace que una gran cantidad de profesionales que ingresaron en el marco
del Programa de Modernización llevado a cabo los últimos años, lo hayan
hecho bajo formas de relación de dependencia encubierta, y vean amenazados
hoy sus puestos de trabajo por la imposibilidad de demostrar su antigüedad
real.
Es por ello que algunos usuarios del AGN que hemos constatado la diferencia
cualitativa que significó la incorporación de este personal, estamos
juntando adhesiones para enviar la nota que se encuentra a continuación (y
adjunta) al Ministro del Interior.
Quienes quieran adherir, pueden enviar su nombre y apellido, DNI, profesión
e institución al mail adhesionagn@gmail.com
Agradecemos la máxima difusión posible.
Desde ya, muchas gracias,
Buenos Aires, enero de 2016.
Sr. Ministro del Interior,
Obras Públicas y Vivienda
Lic. Rogelio Frigerio:
Los abajo firmantes, usuarios del Archivo General de la Nación, nos
dirigimos a Ud. a los fines de comunicarle nuestra preocupación en relación
a la situación que atraviesa dicha institución.
Como no escapará a su conocimiento, en los últimos años el AGN ha iniciado
un proceso de modernización a partir del cual pudo empezar a recuperar la
fortaleza institucional que lo había caracterizado a lo largo del siglo XX,
y que fuera tan duramente atacada con los recortes presupuestarios y de
personal de la década del ?90. El camino de reconstrucción recién comienza,
y hay muchos aspectos por mejorar, pero entendemos que uno de los
requisitos para hacerlo posible es garantizar la estabilidad laboral de su
personal.
A modo de ilustración, vale recordar que en la década de 1980 el AGN
contaba con una planta permanente de alrededor de 100 trabajadores, de los
que sólo quedaron 28 de planta permanente y 30 contratados en el 2001. Hoy
el Archivo funciona con 28 agentes de planta permanente, ascendiendo el
personal contratado a 89 (los 65 contratos de profesionales efectuados a
través de la Universidad de San Martín fueron dejados sin efecto el 30 de
noviembre pasado).
En la actualidad, el AGN es responsable de la preservación de alrededor de
22.000 mts. lineales de documentación (el doble del patrimonio documental
que en los años ?80) y ha incrementado la cantidad de sedes a cuatro.
Además, y en línea con lo que sucede en los Archivos Nacionales del resto
del mundo, las funciones de esta institución se han ampliado. De sus tareas
como Archivo Histórico del Poder Ejecutivo Nacional para la preservación,
tratamiento archivístico y difusión del Patrimonio Documental de la Nación,
la labor se ha extendido a la definición e implementación de las políticas
adecuadas para la producción, gestión y preservación de los documentos que
genera la Administración Pública Nacional del presente, a través del
asesoramiento y colaboración en proyectos vinculados a Transparencia,
Gobierno Abierto, e-Administración, Normalización de la Gestión documental,
etc.
Por todo ello, nos dirigimos a Ud. para solicitarle que arbitre los medios
necesarios para garantizar la estabilidad laboral de los profesionales
contratados, y para instalar una política de carrera e ingresos acorde a
las necesidades de una institución de estas características.
Deseándole los mejores éxitos en su gestión, y a la espera de una respuesta
favorable, saludamos a Ud. atentamente,
El Ex Provincial puede ser recuperado con todo su esplendor en su envolvente. El edificio inglés es único en su estilo y guarda la rica historia del auge ferroviario del país.
La arquitecta Liliana Pedicone, docente de la Facultad de Arquitectura de la UNT, diseñó una propuesta que intenta recuperar nuestro patrimonio edilicio enmarcado en un recorrido turístico por la ciudad.
El proyecto plantea recuperar la Ex Estación de Ferrocarril El Provincial, ubicada sobre Avenida Roca, y convertirla en un Museo del Bicentenario. Además, propone crear el Parque del Bicentenario en las tres manzanas del sitio, para ser incluido en un City Tour que recorra las cuatro plazas ubicadas en el eje de calles 25 de Mayo y 9 de Julio, para que los turistas y alumnos de todo el país puedan conocer la historia de nuestra ciudad.
La arquitecta aseguró que “el Ex Provincial puede ser recuperado con todo su esplendor en su envolvente, aunque el espacio interior sea irrecuperable. Este edificio inglés es único en su estilo y guarda la rica historia del auge ferroviario del país. Este edificio pertenece al gobierno de la provincia. ”
«Recuperar el patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad es una tarea clave de los próximos años para que Tucumán se posicione como una provincia próspera y con categoría», indicó.
«Esto implica no solo conservar y restaurar lo que ya fue declarado patrimonio sino que hace falta urgente incluir nuevos edificios patrimoniales que aun no están protegidos por la ley», sostuvo.
«No hace falta expropiar esos bienes privados, ya que la ley de patrimonio permite que el propietario haga usufructo de ellos, sin sufrir un perjuicio económico, además la ley prevé otorgarle reducciones impositivas y subsidios para mantener y restaurar cada edificio a sus poseedores.”
Render del proyecto «Museo del Bicentenario» visto sobre la Avenida Roca.
También hizo referencia al patrimonio del interior de la provincia.“El patrimonio arquitectónico, se deteriora día a día en decenas de ciudades de la provincia, siendo un derecho humano que define la identidad y la memoria colectiva de sus habitantes y que los municipios están obligados a resguardar».
«El patrimonio de cada pueblo del interior es el cordón umbilical que permite el arraigo de cada ciudadano para que pueda sentir orgullo de su pueblo o ciudad manteniendo viva su memoria histórica.”
Sobre el City Tour comentó que “la imagen urbana que tienen Europa y Estados Unidos y que atraen al mundo entero, no fue magia, fue simplemente el compromiso serio de respetar las leyes de patrimonio».
«Si los tucumanos recuperamos nuestro patrimonio para nosotros mismos, con edificios cuidados e iluminados podremos mostrarles a los turistas quiénes somos y de dónde venimos, por que la historia de Tucumán no solo está escrita en los libros con palabras inmortales, nuestra historia ya está impresa en muy pocas manzanas de esta pequeña ciudad histórica con edificios invalorables que son patrimonio de todos”
La arquitecta explicó que “si este año recuperamos responsablemente tan solo un edificio en cada pueblo de nuestra provincia de sus cascos históricos, en Monteros, Alberdi, Yerba Buena, Bella Vista, será el comienzo de un camino imparable hacia el progreso que nos hará sentir orgullosos de vivir en esta provincia y posicionarnos a nivel pais».
Render del proyecto «Parque del Bicentenario» visto desde el aire.
«El mejor festejo que podemos hacer para el Bicentenario de la Patria, es trazar un nuestro propio destino sobre nuestro patrimonio, pensando sin mezquindades en la futuras generaciones que nos reclamarán el desprecio y destrucción de la huella de nuestros gloriosos antepasados en la construcción de la ciudad», remarcó.
«El resguardo del patrimonio nos iguala y nos hermana, porque el único espejo donde pueden mirarse tanto el tucumano más pobre como el más rico es nuestro patrimonio que nos devuelve el reflejo invalorable de nuestra identidad y cultura”, finalizó la arquitecta Pedicone.
En el día de hoy falleció luego de una larga batalla contra el cáncer el genio David Bowie. Nosotros queríamos homenajearlo diciendo que todos podemos ser héroes, aunque sea por un día
Es una de las noticias del momento, el descubrimiento de una espada romana en Oak Island, al sur de Nueva Escocia, en Canadá, podría reescribir la historia y confirmar que hubo marineros romanos que visitaron Norteamérica más de 1.000 años antes de que lo hiciese de manera “oficial” Cristóbal Colón.
Tal como han revelado varios medios de comunicación, este hallazgo forma parte de un programa de History Channel llamado La Maldición de Oak Island, donde se narran los grandes esfuerzos llevados a cabo por dos hermanos que quieren resolver un enigma relacionado con un supuesto tesoro que estaría oculto en esta isla.
Esto no es algo que sea nuevo sino que todo comenzó en el año 1795, cuando un joven de 16 años llamado Daniel McGinnis vio luces en la isla, lo que hizo que se animase a descubrir de qué se trataban aquellas luminarias.
Según se dice, las investigaciones de este joven le permitieron descubrir una hondonada en la zona sur de la isla y un árbol que tenía unas extrañas marcas. No pasó demasiado tiempo hasta que el propio McGinnis volviese con sus amigos John Smith y Anthony Vaughan para investigar y excavar en la zona, aunque dejaron de hacerlo cuando llevaban 10 metros, pero no sin antes haberse encontrado lajas, troncos y restos de que esa misma zona había sido excavada con anterioridad.
Según se dice, aquello podría tratarse del tesoro del Edward Teach, conocido como Barbanegra, o del capitán William Kidd entre otros. Otros afirman que podría tratarse del tesoro de algún galeón español e incluso de tropas británicas durante la Revolución de Estados Unidos.
Con el paso de los años se continuaron haciendo investigaciones, siendo la última de las más importantes en 1959 hasta que por avatares del destino se haya descubierto una especie de espada ceremonial que puede ser romana y que podría cambiar por completo no solo la historia de esta isla sino de todo el Nuevo Mundo.
El equipo que dirige Hutton Pullitzer fue el encargado de descubrir la espada y declaró que fue encontrada hace tiempo ya, pero que todo fue mantenido en secreto por temor de que el Gobierno de Nueva Escocia, la reclamase dado que la ley prohíbe quedarse con tesoros, objetos encontrados en naufragios, etc.
Los familiares de quien descubrió la espada, tomaron la decisión de cederla para que fuese investigada. El objeto fue sometido a un analizador de fluorescencia de rayos X, lo que reveló que cuenta con propiedades metálicas así como trazas de plomo y arsénico, algo que coincide con la mayoría de los artefactos romanos.
Tal como declaró el propio Pullitzer, sabemos dónde está el posible tesoro del que tanto se ha hablado y conocemos su área exacta, aunque se trata de un asunto muy delicado dado que conseguir los permisos por parte de Nueva Escocia para enviar un equipo de arqueólogos es bastante difícil, aunque adelantó que no tienen ninguna duda de que en la zona puede encontrarse un buque del Imperio Romano, lo que de ser cierto reescribiría la historia tal y como la conocemos actualmente.
Los cadáveres de los mexicanos Arias y Chamales cuelgan de una horca de Santa Cruz (California), en mayo de 1877.
“Un deporte al aire libre”. Así definió la práctica de linchar mexicanos en California el periodista Carey McWilliams.McWilliams, autor de North from Mexico (Al norte de México, 1948), un libro de referencia sobre los mexicanos de Estados Unidos, fue uno de los pocos en preservar la memoria de un episodio vergonzoso en un país que nunca deja de revisar su joven historia.
El recuerdo de la muerte, a manos de las turbas anglosajonas, de centenares, seguramente miles, de ciudadanos de origen mexicano entre mediados del siglo XIX y las primeras décadas del XX, quedó esparcida en canciones populares, en leyendas que contaban de padres a hijos, en un puñado de westerns y novelas de género. Era un recuerdo vago, una historia remota, medio olvidada.
EE UU se transforma y también se transforma la manera de contar la historia, más allá de la mitificación del patriotismo más superficial. Cambia la demografía: los latinos —la mayoría, de origen mexicano— son la minoría más pujante. Y cambia el pasado, que nunca es estático: Estados Unidos incorpora otros traumas al acervo común.
Visiones divergentes del pasado
“Los blancos y los mexicanos recuerdan el pasado de manera distinta”, dicen los historiadores William Carrigan y Clive Webb en un correo electrónico. “Mientras que es posible que los blancos vean la violencia en la frontera contemporánea como algo conectado solo al presente, a las tensiones tras el 11-S por la inmigración, los mexicanos sitúan la violencia en un contexto histórico más amplio y lo conectan a episodios pasados de nativismo violento y prejuicios”, explican los autores del libro Muertos olvidados.
Las diferentes visiones del pasado, las memorias múltiples, pueden complicar el diálogo. Carrigan y Webb ven más diferencias que similitudes entre los episodios que estudian en su libro y casos actuales de xenofobia o abusos: no hay un vínculo directo. Pero para muchos, la asociación es inevitable. “La cuestión”, dicen, “es que las autoridades no entienden por qué tantos mexicanos sí ven conexiones”.
Muertos olvidados: violencia en grupo contra mexicanos en Estados Unidos 1848-1928 es el título del libro de Carrigan y Webb, publicado hace dos años. Los hechos quedan lejos y son incomparables con cualquier discriminación del presente. La publicación reciente de un informe que amplía en 700 el número de muertes conocidas por linchamiento de afroamericanos, sumada al goteo de noticias sobre arbitrariedades policiales, y a los debates sobre la inmigración, coloca la tragedia bajo otra luz: los negros no fueron las únicas víctimas del racismo.
Farmington (Nuevo México), 16 de noviembre de 1928. Cuatro hombres enmascarados irrumpen en el Hospital del Condado de San Juan y se llevan al paciente Rafael Benavides. Benavides es un pastor ingresado tras agredir a una niña mexicana, asaltar a una mujer anglosajona y quedar malherido por los disparos de los agentes delsheriff. Los enmascarados se lo llevan en un camión a una granja abandonada. Le atan una soga al cuello y lo cuelgan de un árbol. Los asaltantes nunca serán juzgados.
Benavides, cuya muerte reconstruyen Carrigan y Webb, disfruta del raro privilegio de ser la última víctima mexicana de la violencia en grupo y extrajudicial documentada. Los historiadores han documentado 547 víctimas mexicanas (inmigrantes y estadounidenses de origen mexicano), pero el número total de personas “ahorcadas, quemadas y tiroteadas” es superior. Fueron miles, según la estimación de Carrigan y Webb.
Con el ahorcamiento de Rafael Benavides terminó una era que había empezado en 1849, tras la derrota de México en la guerra contra Estados Unidos, la anexión de Texas por EE UU y la transferencia a este país, por el Tratado de Guadalupe Hidalgo, del actual suroeste del país. La frontera política se desplazó centenares de kilómetros, pero los mexicanos siguieron allí; los anglosajones eran los recién llegados, los inmigrantes, pero unos inmigrantes que intentaban imponer su ley en un medio hostil. Las tensiones eran inevitables.
Existía una justificación racional para el llamado vigilantismo —el mantenimiento del orden público por parte de individuos o grupos civiles— y los linchamientos. En el Oeste, un territorio donde el Estado era débil y la justicia lenta, ineficiente o directamente ausente, muchos veían en los procesos y ejecuciones informales la única opción para combatir el crimen en ese territorio.
Carrigan y Webb cuestionan que la persecución de mexicanos fuera una mera reacción de las carencias del sistema judicial en las tierras de frontera. La violencia no se explica sin los prejuicios raciales y la competición económica. “El trasfondo de tanta violencia entre anglos y mexicanos puede ligarse a la pugna por el oro, a conflictos aparentemente constantes por la tierra y el ganado o a la batalla por los términos y las condiciones laborales”, escriben.
El 3 de mayo de 1877 de madrugada, Francisco Arias y José Chamales se hallaban en la prisión de Santa Cruz (California) cuando una muchedumbre se los llevó. Les acusaban de robar a un carpintero, recuerdan Carrigan y Webb. Les ahorcaron sin juicio y nadie respondió por el crimen: un deporte al aire libre, como dijo McWilliams.
En 1990, el poeta de Brooklyn Martín Espada describiría en un poema los rostros, “descoloridos como peniques de 1877”, de la muchedumbre que se acercó para ver a los muertos. Arias y Chamales presentaban “la mueca dormida de los cuellos rotos”. En la fotografía de aquel linchamiento, que ilustra esta página, la mirada del público y la mueca de ajusticiados cruzan los siglos.
Negros y latinos
1. Los historiadores Carrigan y Webb documentan 547 casos de muertes de mexicanos por linchamiento entre mediados del siglo XIX y 1928, aunque el número total puede elevarse a miles. El número documentado de negros linchados en el sur de EE UU es de 3.959, según un recuento reciente.
2. Una diferencia entre negros y mexicanos ante la violencia blanca fue la resistencia. Los negros, tras el fin de la esclavitud, volvieron a ser una clase subyugada. Los mexicanos, en cambio, eran dominantes en partes del Oeste y disponían de ayuda en la diplomacia de México.
3. Los mexicanos linchados, a diferencia de los negros, raramente eran acusados de violencia sexual contra sus mujeres: los anglos no veían a los mexicanos como una amenaza en este sentido, como sí les ocurría con los negros. En el caso de los mexicanos, los motivos de los linchamientos eran sobre todo económicos.
Maria Teresa de Filippis, la primera mujer en participar en un gran premio de Fórmula 1, falleció este sábado a los 89 años. La italiana tomó la salida en tres pruebas del Mundial de 1958, siempre con Maserati, aunque solo terminó una. Fue len a carrera de su debut, en Spa (Bélgica), en la que arrancó desde la 19ª posición de la parrilla de salida y consiguió cruzar la meta la décima, conduciendo el último de los monoplazas que concluyeron. Al margen de los dos abandonos (Portugal e Italia), De Filippis no consiguió clasificarse en Mónaco, algo que volvería a ocurrirle un año más tarde, cuando lo intentó con un Porsche.
La corredora decidió colgar el casco aquel mismo 1959, consternada por el riesgo que entrañaba la F-1, y tras la muerte por accidente en Alemania de Jean Behra, el jefe de su escudería. “Han muerto demasiados amigos”, declaró en una entrevista que concedió en 2006 a The Observer. A pesar de ello, tuvieron que pasar 17 años hasta que otra mujer, en este caso Lella Lombardi, también italiana, volviera a tomar parte en un gran premio.
La andadura de De Filippis en la competición nació de una apuesta con sus hermanos, que la desafiaron a demostrar lo rápido que podía ser. En su primera carrera en un Fiat 500, De Filippis ganó. A pesar de competir hace más de medio siglo, la italiana afirmó que solo hubo una ocasión en la que se sintió discriminada por ser una mujer, y que fue en Francia –“El director de carrera me dijo que el único casco que debía llevar una mujer era el de la peluquería”.
Años después de haberse retirado, De Filippis volvió de alguna forma al automovilismo de competición aunque desde una vertiente un poco menos arriesgada. Fue en 1979 cuando aceptó ingresar en el Club Internacional de Viejos Pilotos de F-1, del que fue vicepresidenta en 1997 y posteriormente nombrada presidenta honorífica.
Muere Marina Ginestà, la sonrisa que plantó cara al fascismo
Su retrato de miliciana con el fusil al hombro en una terraza de Barcelona, tomado por el fotógrafo Hans Gutmann, la inmortalizó como uno de los iconos de la Guerra Civil
PÚBLICO / AGENCIAS
La sonrisa de una miliciana, fusil al hombro, mirando a la cámara en una terraza de Barcelona se convirtió en uno de los iconos más emblemáticos de la Guerra Civil y la resistencia antifascista frente al golpe de Estado que perpetraron militares. Esa sonrisa era la de Marina Ginestà y fue el fotógrafo Hans Gutmann quien la inmortalizó. Casi 77 años después de aquella instantánea, Marina Ginestà ha fallecido este lunes en París a los 94 años.
Cuando en verano de 1936 posó orgullosa y desafiante en la terraza del Hotel Colón de Barcelona para Gutmann, ella tenía 17 años, un carné de las juventudes socialistas y el sueño de una revolución. Vestida con un uniforme miliciano, con el cabello al viento, pertrechada con un fusil que portó por primera y última vez en toda su vida, ella vivía un momento histórico, la primera victoria del pueblo en armas frente a los militares alzados contra la República. «Es una buena foto, refleja el sentimiento que teníamos en aquel momento. Había llegado el socialismo, los clientes del hotel se habían marchado. Había euforia. Nos aposentamos en el Colón, comíamos bien, como si la vida burguesa nos perteneciera y hubiéramos cambiado de categoría rápidamente», afirmaba Ginestà en una entrevista con la Agencia Efe en su domicilio de París en 2008.
Como periodista, Ginestà vivió la guerra desde una trinchera militante esforzándose en mantener alta la moral republicana
Antes del inicio de la contienda, Ginestà y otros muchos idealistas preparaban la Olimpiada Popular como respuesta a los Juegos Olímpicos que ese mismo año organizaba la Alemania nazi. «Éramos tan ingenuos que pensábamos que el levantamiento militar era contra la Olimpiada popular», aseguraba en dicha entrevista. Hicieron falta muchos días para que aquellos jóvenes entendieran que afrontaban una cruenta guerra que acabaría con sus sueños.
Primero como traductora del enviado especial del diario soviético Pravda Mijail Koltsov y luego como periodista de varios medios republicanos, Ginestà vivió la guerra desde una retaguardia militante, esforzándose por mantener alto el ánimo de su bando. «Éramos periodistas y nuestra profesión era que no decayera nunca la moral, difundíamos el lema de Juan Negrín ‘con pan o sin pan, resistir’. Y nos lo creíamos», afirma la mujer, convencida ahora de que los datos que contribuía a propagar habían sido falsificados para mantener viva la ilusión de la victoria.
De la mano de Koltsov asistió a la entrevista que mantuvo en agosto del 36 con Buenaventura Durruti en la localidad maña de Bujalaroz, una conversación de alto nivel político que Ginestà asegura que costó la vida a ambos, porque Stalin les estaba espiando y no debió apreciar lo que se dijeron.
«Teníamos la sensación de que la razón estaba con nosotros y que ganaríamos la guerra»
De su trabajo en la retaguardia también conservaba recuerdos duros, como la visita a un hospital barcelonés para identificar cadáveres. «Es el recuerdo más terrible que guardo de la guerra. Por primera vez tuve una idea de la muerte. Vi a una mujer muerta con su hijo en brazos… Todavía hoy me viene a la mente ese recuerdo».
Pero los momentos más duros llegaron cuando tuvo que abandonar el país camino del exilio francés, su patria de nacimiento. En el paso de los Pirineos perdió a su novio, comisario político, pocos días antes de reencontrarse con sus padres. La llegada de los nazis les obligó a tomar un barco con destino a América. La nave, que se dirigía al México de Lázaro Cárdenas donde los aguardaban con los brazos abiertos, se desvió para ganar tiempo a la República Dominicana. Ginestá pasó también por Venezuela. Sólo entonces sintió que la guerra estaba perdida.
«La juventud, las ganas de ganar, las consignas,… yo me las tomaba en serio. Creía que si resistíamos ganábamos. Teníamos la sensación de que la razón estaba con nosotros y que acabaríamos ganando la guerra, nunca pensamos que acabaríamos nuestras vidas en el extranjero», afirmaba en 2008. La decepción de la derrota, el recuerdo «de los compañeros que se quedaban atrás, muchos de ellos fusilados», se mezclaba entonces con el sueño de que las democracias europeas vencieran al fascismo en la recién iniciada Guerra Mundial.
«Dicen que en la foto tengo una mirada arrebatadora. Es posible, porque convivíamos con la mística de la revolución»
«Esperábamos que ganaran la guerra, que en España volviera la República y que Franco fuera fusilado», asegura. Marina Ginestà no conocía la foto del hotel Colón, ni el simbolismo que ésta ha adquirido con el tiempo. La instantánea se encuentra en los archivos de Efe y un documentalista logró hace años descubrir la identidad de la modelo y localizar su paradero. Ella consideró que la imagen tiene algo de artificial. «Dicen que en la foto del Colón tengo una mirada arrebatadora. Es posible, porque convivíamos con la mística de la revolución del proletariado y las imágenes de Hollywood, de Greta Garbo y Gary Cooper», recordaba entonces.
En 1946 se encontraba exiliada en la República Dominicana, cuando tuvo que volver a huir perseguida por el dictador Rafael Trujillo. Se casó en segundas nupcias con un diplomático belga, con el que volvió a Barcelona en los años 1960. Ella misma desconocía la fotografía hasta que la vio por primera vez hace una década.
Este lunes falleció en un hospital de la capital francesa, donde había vivido los últimos 40 años.
Qué gran regalo ver los detalles de belleza aún en la entropía. De un país, de las ciudades, los pueblos, las selvas, los desiertos y los mares donde un pueblo se ha perdido y se encuentra a sí mismo. Una tierra que sigue dando frutos aún inundada de sangre, violencia y traiciones. Un pueblo que lucha en pendiente contra sus propios demonios y se aferra a la esperanza de alcanzar la cima de la montaña.
México, y su capital, que ha evolucionado a pasos atropellados, ha enterrado el pasado para construir un futuro que siempre llega demasiado tarde. Y en ese largo proceso histórico, hemos sido testigos de cómo la historia ha pasado frente a nosotros. Hemos visto desfilar, triunfar y morir a hombres y mujeres que lucharon por banderas, ideas, religiones y culturas. Nombres que hoy viven gracias a los derruidos letreros de las calles y los libros de texto incompletos y con errores ortográficos. En dicho caminar histórico de un país que en ocasiones no conoce su camino, encontramos momentos que han marcado al país y que han quedado capturados por la lente de los fotógrafos. Momentos que vale la pena recordar y cuyas historias, en ocasiones más escondidas que los nombres de los hombre-cámara hay que recuperar.
Esta fotografía de Manuel Ramos muestra la hazaña de Bob White, el Hombre Mosca, en su intento por escalar la torre poniente de la Catedral Metropolitana con la mirada atenta de cientos de personas que le observaban desde el Zócalo. Era el año de 1922 y Ramos capturó el momento con la presencia de otro fotógrafo que realizaba sus propios registros. White logró el ascenso de la torre y también el de la asta bandera de la Catedral.
–
En 1911, el célebre piloto francés Roland Garros, visitó México para realizar múltiples demostraciones aéreas en la capital y en Monterrey durante el gobierno porfirista. En esta postal se le aprecia sobrevolando el Zócalo arbolado de la capital del país. Incluso se realizó una demostración de bombardeo aéreo en que desde el aeroplano se arrojaron bolsas de naranjas a soldados mexicanos apostados en el Cerro de la Estrella. La fotografía es de Manuel Ramos.
–
El Palacio de Bellas Artes en construcción durante el año de 1909 con una estructura inacabada. Desde entonces, el frente del palacio se ha modificado drásticamente, con el pasaje comercial, el estacionamiento y los jardines actuales.
–
Esta fotografía muestra la Plaza de Toros de la Condesa inaugurado en 1907. Ubicado en el predio ocupado actualmente por el Palacio de Hierro Durango, esta plaza se ubicó en los terrenos de la tercera Condesa de Miravalle, doña María Magdalena Dávalos de Bracamontes. La colonia antiguamente llevaba por nombre “Santa Catarina del Arenal”, pero se sustituyó por su nombre actual aludiendo a la dueña. La plaza dominó la zona hasta 1946, año en que el predio fue absorbido por la colonia heredera de los predios porfiristas.
–
El 6 de septiembre de 1971, un hombre se arrojó del mirador de la Torre Latinoamericana y se estrelló en el noveno piso, donde su cuerpo quedó destrozado. Aquel fue el segundo suicidio que ocurrió en la Torre en 9 años y fue capturado en fotografía por Enrique Metinides.
–
La mañana del 19 de septiembre de 1985, la Ciudad de México despertó con un terremoto que devastó el corazón de la capital. Uno de los edificios emblemáticos, el Hospital General de México sufrió el derrumbe de las unidades de ginecología y la residencia de médicos. Este hecho provocó la muerte de 295 personas.
–
Esta fotografía retrata una antigua hacienda cercana a la Ciudad de México, con los alrededores repletos de magueyes para la producción de pulque.
–
Esta fotografía muestra a un grupo de gente encima del monolito de Tláloc en la localidad de San Miguel Coatlinchan,Estado de México. En 1964, fue extraído para ser colocado en su ubicación actual a las afueras del Museo de Antropología. El recorrido requirió la construcción de un armazón de vigas de acero para alzar el monolito y un remolque especial de más de 20 ejes jalado por dos tractocamiones. El monolito llegó a la Ciudad de México bajo un torrencial aguacero después de ocho horas de traslado.
–
Los conciertos de The Doors en México tuvieron lugar a finales de junio y principios de julio en 1969. Como parte de la visita del grupo de rock, los músicos visitaron el Museo de Antropología, Garibaldi y las pirámides de Teotihuacán. Esta fotografía muestra a Morrison recorriendo la Pirámide de Quetzalcoatl en la ciudad sagrada.
–
Mientras caminaba por la Calzada de los Muertos en Teotihuacán, Borges afirmó “Creo que ya di lo mejor. Ahora tengo impaciencia por la muerte”. Era el año de 1973 y el argentino había visitado nuestro país, y mientras posaba para la fotografía del recuerdo, supo de pronto que ya había escrito lo mejor de su vida.
–
Guanajuato siempre se ha caracterizado por las momias de las catacumbas del Panteón, y aunque hoy son todo un espectáculo turístico en la ciudad, hace cien años carecían de la atención al visitante. De este modo, quien se aventuraba entre los pasajes secretos experimentaba una aventura digna de una película de horror.
–
Cuenta la leyenda que Pancho Villa entró al Bar La Ópera en 1914 con sus tropas, y ensalzando esa forma de vida de revolucionario, lanzó un disparo al techo que se suma a las leyendas del lugar.
–
El Zócalo de la Ciudad de México, hoy ícono de la metrópoli y espacio de cohesión nacional, fue en otro tiempo un bello parque. Una estación de tranvía, luminarias, pasajes y hasta un kiosko representaban para los capitalinos una oportunidad de relajación.
–
Esta fotografía de 1867, muestra un grupo de carruajes alrededor de la capilla construida en el lugar donde Maximiliano fue ejecutado en el Cerro de las Campanas en Querétaro. Este momento definió el final del Segundo Imperio Mexicano y el triunfo de los liberales de Juárez.
–
Fotografía de Manuel Ramos tomada durante los primeros combates de la Decena Trágica el 9 de febrero. La intención era tomar el Palacio Nacional con un grupo de cadetes de la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan y la tropa del cuartel de Tacubaya. Sin embargo, en esa primera carga, la defensa del palacio respondió con valentía, por lo que los cuerpos de múltiples cadetes quedaron en la plancha del Zócalo.
–
Esta imagen muestra la visita de los asistentes del XVII Congreso de Americanistas a Teotihuacán en 1910.
–
Recuerdo de la rendición de los yaquis en 1897 después de una fallida revolución por la colonización de la zona irrigada de los ríos Yaqui y Mayo. Tras la rendición de los indios, se les obligó a desfilar por un templete para jurar sumisión al gobierno.
–
Fotografía del Tlacihualtépetl, cerro hecho a mano en náhuatl, y basamento piramidal más grande del mundo con alrededor de 400 metros por lado. Sin embargo, durante la colonia, se construyó una iglesia dedicada a la Virgen de los Remedios tras tres fracasos españoles por destruir la gran pirámide prehispánica.
–
Perteneciente al archivo Casasola, esta icónica fotografía de 1914 muestra a Francisco Villa sentado en la silla presidencial y a su izquierda Emiliano Zapata. La historia cuenta que al llegar al Palacio Nacional, Zapata se negó a sentarse en la silla pues creía que era la responsable de volver locos a los hombres, por lo que la historia quiso que la fotografía tuviera a Villa en la gran silla. Para 1924, ambos caudillos habían sido asesinados por los herederos de la revolución, quienes limpiaron el camino para afianzarse en el poder de aquella silla.
–
Esta fotografía se publicó el día 3 de octubre de 1968 en la primera plana y en la página 3 del periódico “El Día”. La imagen pertenece a la hemerografía del Movimiento Estudiantil del 68.
–
El monumento del Ángel de la Independencia fue inaugurado en 1910 por Díaz a propósito del centenario de la Independencia, pero el 28 de julio de 1957 la Victoria Alada cayó de la columna a causa de un terremoto.
–
La Ciudad de México ha sufrido múltiples inundaciones a lo largo de su historia, como en un intento de recuperar su antigua gloria acústica. Una de las más recordadas fue la de 1950 en que las calles del primer cuadro quedaron bajo el agua.